Las personas que tienen el privilegio de dirigir una empresa o ser las que tienen responsabilidad sobre otras personas a su cargo, se encuentran muchas veces con situaciones difíciles de resolver. Especialmente cuando los colaboradores son personas conflictivas.
Tener la capacidad de convencer a sus colaboradores de que forman parte del equipo es una de las metas de todo directivo. Pero la manera en que ha de encaminarse la meta es muy importante para alcanzar el éxito.
Mucho se habla de lo que tiene que hacer una persona que tiene un puesto de jefe o mando. Lo que no se habla es de lo que no tiene que hacer y por desconocimiento o debilidad se cae en algunos errores muy comunes de los cuales nombraremos los más repetitivos:
El favoritismo. Las personas tenemos una percepción muy alta cuando hay una diferencia de trato, y cuando se da este fenómeno causa mal estar en el grupo de trabajo y el jefe pierde mucha de su autoridad.
Culpar solo a los subalternos. Si algo ha salido mal, es posible que la explicación de la orden tuvo errores y si el error lo tiene el inferior ha de considerarse su humanidad e imperfección dejando lugar a la explicación por su parte.
Poca planificación del trabajo. Trabajar sin planificar es ir directo al fracaso y la planificación se la debe hacer consultando a los que están dispuestos a colaborar con ideas para que el trabajo salga lo mejor posible. Si involucramos a los colaboradores en la planificación, ellos estarán más informados del proceso de trabajo y lo harán con mayor entusiasmo.
Exigir y presionar solo a los colaboradores. Es imposible ganar autoridad cuando un jefe exige puntualidad y trabajo, y él mismo llega tarde o no trabaja las horas debidas.
No actualizarse. El ritmo de los avances en todas las especialidades nos obliga a estar actualizados a velocidad cada vez mayor, por tanto es necesario no desmayar en el conocimiento de las nuevas técnicas de trabajo en nuestra rama.
No descuidar la calidad humana. Ante todo somos seres con sentimientos y emociones que necesitamos un trato especial cada uno. Nos gusta cuando alguien se interesa genuinamente por nosotros y que mejor que se perciba que el jefe esté interesado por la situación de vida en particular. Esto hará que la relación laboral no sea tensa y aumentará el grado de placer y felicidad en el trabajo.
Personas conflictivas siempre vamos a tener a nuestro lado pero debemos buscar el método de tratar con ellas sin caer en el enfado. Y para ello debemos gestionar nuestra conducta emocional.
La felicidad es un estado no una circunstancia. Se puede alcanzar mejor armonía con terapias naturales, sin drogas. Se puede vivir mejor con lo que Dios ha provisto en nuestra vida. Mejorar nuestra situación de vida conociendo nuestra parte espiritual. Arreglarnos el corazón. Vencer el miedo, la angustia y la depresión. Solo necesitamos proponernos y tomar acción.
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