Técnicas para organizar nuestra vida

Si somos ordenados en nuestra vida cotidiana, seguro que iremos por buen camino hacia el éxito. Es importante que cuidemos y trabajemos sobre las áreas de nuestra vida, en las cuales necesitamos organizarnos. Las áreas que proponemos son:
a) Área espiritual
b) Área emocional
c) Área corporal
Área Espiritual. La mayoría de la veces, sea por desconocimiento o por nuestra propia desorganización, a ésta área la dejamos para el último de nuestra vida, o en muchos casos no le dedicamos absolutamente nada de tiempo, nada de interés y nada de nada a esta área. Comprendo que hay muchos escépticos, los cuales dicen que no hay o no creen esto del espíritu. Pero aunque no podamos pesar, medir o ver al espíritu, nosotros somos un espíritu que mora en un cuerpo material provisto de alma o vida emocional. Dios dejó su huella en nuestro cerebro y necesitamos creer en algo. Si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de los millones y millones de gente en el mundo que creen en Dios, nadie lo ha visto pero arrasa con éxito a nivel mundial, no hay artista,  político, científico o cualquier otro ser que tenga más éxito de popularidad a través de la historia que Dios. Y el ser humano necesita comunicarse con ese Dios es una necesidad, que muchos no la quieren reconocer, pero en el fondo de su corazón hay un vacío el cual no puede ser llenado con nada sino con una comunión sincera con el Creador. Millones de personas a través de la historia han acudido a Dios en busca de paz en su angustia y han sido restaurados, hay millones y millones de testimonios hoy ayer y siempre a lo largo de la existencia humana. Ante tan abrumadora evidencia. ¿Qué necesitamos para creer? Es fundamental que toquemos y trabajemos nuestra área espiritual, es uno de los pilares básicos de la vida y de la felicidad.

Área emocional. Esta es otra parte importante que necesitamos estimular y desarrollar. Un desequilibrio emocional puede generar una persona demasiado sensible o una persona muy dura de sentimientos . Los sentimientos que tenemos hacia quienes amamos, debemos expresarlos. Por tanto abracemos a nuestras parejas, a nuestros hijos, digámosles, cuanto les queremos. acariciemos nuestras mascotas o cuidemos de unas plantas.

Otra forma de estimular nuestra área emocional es escuchar música, cantar, disfrutar de la naturaleza, hacer que nos den unos masajes. esto hace se produzcan endorfinas en nuestro organismo, o lo que los médicos las llaman las hormonas de la felicidad.

Área corporal.  Al igual que las áreas anteriores es indispensable que nuestro cuerpo se encuentre en óptimas condiciones para que pueda rendir en el trabajo diario. Cuidar de nuestro peso con una alimentación sana, un ejercicio físico adecuado, un descanso suficiente. Si nos  sentimos muy estresados,   una correcta relajación nos viene fenomenal.

Dentro del área corporal está nuestra mente a la cual debemos nutrirla de conocimiento y valores sanos. Una lectura de un buen libro es muy útil para que nuestra mente esté entrenada.

"El éxito no se logra solo con cualidades especiales. Es sobretodo un trabajo de método, de constancia y de organización" J:P: Sergent

"¿Qué es la felicidad, sino el desarrollo de nuestras facultades?"  Germaine de Staël

Organiza tu vida, serás más feliz

Organizarse no solo implica establecer un horario de actividades, ordenar nuestra habitación o más o menos llevar un control de lo que hacemos.

Verdaderamente si logramos organizarnos en todos los aspectos de nuestra vida, podremos liberarnos y llegar a independizarnos, vamos a conseguir un equilibrio en nuestra vida y podremos romper con las ataduras que nos impiden disfrutar nuestra vida con aquellos seres que amamos, con nuestra familia, con nuestros amigos. Vamos a poder hacer las cosas que nos gustan y nos vamos sentir que nosotros controlamos nuestro tiempo y no que él nos controle a nosotros.

Una persona organizada puede conseguir mucho más rápido sus objetivos y disfrutar de sus logros, sean éstos de carácter laboral, deportivo, social, familiar o económico.

Una persona organizada siente más seguridad en su vida y tiene más estabilidad emocional, que otra que es desorganizada que busca siempre lo que no encuentra.

Un padre y una madre organizados, tienen más  tiempo para cuidar de sus hijos  que unos padres que anden con mucha prisa a carreras de aquí para allá.

Un hombre organizado, tiene más oportunidad de ganar dinero, porque puede organizar sus fianzas, controlar sus gatos y establecer prioridades.

Todas estas y otras innumerables ventajas de una vida organizada harán que nosotros tengamos una vida más satisfactoria y por tanto más feliz. La felicidad, tan anhelada y buscada, hay que construirla sentando unas bases sólidas, buscar la felicidad no es cuestión del azar, la verdadera felicidad viene como fruto de nuestro trabajo y esfuerzo. Porque cuando hemos terminado una tarea que nos ha sido muy difícil de realizarla y hemos tardado mucho tiempo en conseguirla, y nos ha dado muchos dolores de cabeza, y sentíamos la necesidad de de terminarla. Sentimos en lo profundo de nuestro ser, ese indescriptible sentimiento tan buscado de satisfacción, de haber concluido una “proeza casi heráldica” que nos hace estar orgullosos de lo que podemos alcanzar.

Por tanto si queremos construir una felicidad duradera en el tiempo empecemos por organizar nuestra vida. Busquemos cuales son las causas de nuestra insatisfacción, anotemos en una libreta, para que estén presentes y comencemos, pero comencemos de verdad a tratar cada uno de los aspectos que hemos apuntado. Leí en un foro de alguien que decía que “ser feliz es casi un imposible” Pero si somos sinceros con nosotros mismos:

¿Cuántas veces nos hemos propuesto comenzar y terminar un curso de alguna materia, o especialidad, y no lo hemos hecho?

Asimismo, podemos afirmar: ¿Qué estamos haciendo por nuestra felicidad? Al igual que el dinero, la felicidad no aparece en la lluvia o en los árboles. Nos toca conseguir dinero y a veces  por qué no, la mayoría de veces  nos resulta complicado. Pues podríamos afirmar que somos infelices porque no trabajamos en esa área de nuestra vida, o estamos enfocados de distinta manera, o desconocemos  forma de actuar para lograr el objetivo. Pero esto no es nuestra culpa muchas veces. Hemos sido instruidos  formados y preparados para conseguir dinero a través de un “buen puesto de trabajo estable” o por medio algún negocio, o por medio de algún cargo público y toda nuestra atención ha estado enfocado en lo que nos inculcaron consciente o inconscientemente. Y algunos nos hemos enfrascado en el objetivo del dinero y ha estado en nuestra mente  solo ese objetivo, porque tal vez pensábamos que si llegáramos a tener mucho dinero tendríamos también la felicidad. Parece que dentro muy adentro, en lo profundo  de nosotros existe ese concepto asociado de dinero igual felicidad. O más dinero, más felicidad. Pero para muchos que habrán vivido ya algún tiempo y pasado por algunas etapas de la vida se dará cuenta que no es del todo cierto tal concepto. Para mi forma de ver la vida, el dinero es un parte importante de nuestra satisfacción, pero no lo es todo. Siempre nos falta algo.

Un día un hombre a quien más admiro sin haberle conocido físicamente, le dijo a una mujer de Samaria con la cual estaban dialogando sobre el agua de un pozo. “Quien bebiere de esta agua volverá a tener sed, mas aquél que bebiere del agua que yo le daré,  no tendrá sed jamás” el agua del pozo, representa a las cosas materiales que humanamente se pueden conseguir, dicho en otras palabras, el dinero. El agua de la que habla aquél varón es la parte que nos falta para alcanzar la verdadera felicidad.

¿Qué haríamos si no tuviéramos miedo?





Quitarse el miedo para ser feliz

El miedo es una emoción acompañada de un fuerte sentimiento desagradable provocado por una percepción de peligro. Es una emoción primaria que se manifiesta tanto en animales como en el ser humano, y como decíamos en el artículo anterior, si no fuera por esa cualidad no hubiéramos sobrevivido hasta este punto de nuestra vida. Pero claro, todos queremos sentir solo aquellas emociones que nos agradan, eso es lógico, porque cuando sentimos emociones agradables estamos a gusto, cambia nuestro modo de ver la vida y somos más felices. Ninguno de nosotros queremos sentir el miedo, pero él está ahí, y estará por mucho tiempo y nos trunca nuestro deseo de ser felices. Porque. ¿Quién no quiere ser feliz para siempre? Creo que todos queremos ser felices y tener un estatus cómodo y tranquilo.
Lamentablemente, la vida y todo lo que conocemos de la naturaleza se basa en ciclos, a veces está más arriba, a veces más abajo, como si fuera un gráfico de los movimientos de la bolsa de valores. Todo lo que vemos tiene muchas variables, la hierba que hoy está tierna, mañana está madura, luego está amarilla, luego otra vez verde. El clima pasa de frío a moderado, de moderado a caluroso, de caluroso a lluvioso, etc. Todo tiene un movimiento. Lo bueno y correcto es que este movimiento sea dentro de lo normal, es decir tiene que tener unos topes de máximo y mínimo.
¿Cómo saber si nuestros miedos se salen de lo normal?
El miedo raya la anormalidad cuando pasa de la reacción a una amenaza presente, a la ansiedad, al estrés y a la depresión. En una situación de este estilo, nuestro organismo sufre unos cambios muy evidentes: Nuestro corazón palpita con mucha más velocidad enviando más sangre de la debida a nuestras extremidades y al cerebro. Nuestras pupilas se dilatan y nuestras hormonas comienzan a secretar la conocida adrenalina, la noradrenalina y los corticoides. Este proceso impide la conexión normal de nuestras neuronas y esto hace que nos paralicemos. Esta es una poderosa razón para que nos interesemos en controlar nuestro miedo y ser más felices cada día. Porque cuando estamos llenos de ese miedo escénico, estamos bloqueados y no podemos tomar decisiones adecuadas, ni hacer las cosas que teníamos planeadas inclusive habiéndolas repasado previamente.
Un ejemplo claro lo tenemos cuando somos estudiantes y muchos de nuestros compañeros, o tal vez el caso de nosotros mismos. Habiendo estudiado y repasado muy bien la lección, llegamos al examen y nos entraba el pánico. En esta condición no éramos capaces de contestar preguntas que antes de la prueba las repetíamos muy bien, y los estudiantes de hoy tampoco, si entran en esta condición de fobia.
¿Podemos llegar a controlar nuestro miedo?
La respuesta es categóricamente, Sí. Y para ello necesitamos saber en dónde está el problema y eso ya lo sabemos, ¿verdad? Claro, en nuestra mente, esto lo sabemos bien y lo hemos leído y analizado. Nosotros somos capaces de crear e imaginarnos cosas cada momento, incansablemente, no paramos de imaginar. Poniendo el ejemplo del estudiante y su examen, diríamos que imagina que no va a aprobar su examen, que no valió el esfuerzo que hizo, se imagina que él no es capaz de hacer un examen bueno, que eso es solo para sus compañeros, o para los más empollones. Luego se imagina que al llegar a casa su padre le castigará con su desprecio, su hermana le mirará como inferior, sus amigos se burlarán de él, e imagina e imagina, e imagina. Luego pasa a la auto recriminación, se dice para sí que es un tonto, que no sirve para nada, que es un fracasado, etc. Y estos pensamientos van alimentando su fobia hasta llegar a la exageración. Y como lo creyó así, hay un noventa y cinco por ciento de probabilidades que suceda como él lo pensó.
¿Cómo curarnos de nuestro miedo?
Como sabemos que está en nuestra mente y allí se genera todo, el remedio está allí mismo, en nuestra mente. Según el médico especialista francés Christophe André, nos da unos consejos muy oportunos para quitarnos el miedo. Simplemente voy a tomar cuatro que los considero muy importantes.
1.- Desobedece a tu miedo. Vamos a imaginar que el miedo es hombre desconocido e intruso que viene sin ser invitado a nuestra casa y coge lo que le apetece, se quiere llevar nuestras cosas, se sienta en el salón y pone sus pies sobre la mesa y comienza a dar órdenes para que nosotros obedezcamos diligentemente y con gritos y amenazas, con groserías, etc.
Para esto ayuda mucho imaginar al intruso inferior a nosotros, es decir un papanatas y fanfarrón que no nos puede hacer frente y que nosotros fácilmente le podemos dar de puñetazos y vencerle. Sin embargo. Quiere mandarnos: ¡No hagas esto! ¡Vete a la cama! ¡Cásate con esta mujer! ¡Baja los ojos! ¡Compra este producto! Etc. Entonces si lo imaginamos como debilucho, es fácil que uno pueda desobedecerle.
Para ello vamos a empezar por cambiar nuestro lenguaje: En vez decir: Tengo miedo ir al cine, digamos: ¡No voy al cine porque no me gusta tal o cual película, pero iré cuando me guste tal o cual actor! Y hagámoslo. Me da miedo viajar en tren. ¡Voy a ir en tren porque las estadísticas muestran que es un medio de transporte muy seguro! ¡Y adelante con ello!
Vamos a declararle la guerra, desobedecerle y plantarle cara al miedo, especialmente comenzar por aquel que es exagerado. Valiente es aquel que con sus temores y fobias se enfrenta en la lucha.
2.- Modifica tu visión del mundo. Es necesario ver la vida desde otra perspectiva, analizar estadísticas, si ellas nos muestran que un viaje en avión es más seguro que un viaje en coche, pues ya está, tenemos la evidencia. ¿Porqué nuestro miedo a volar? Concienciarse que algún día dejaremos de existir por cualquier cosa y por más que nos cuidemos no vamos a salir vivos de este mundo. Muchas cosas que nos hemos imaginado y que nos han dado mucho miedo ni siquiera han sucedido. ¿Porqué creer que lo que nos da fobia hoy va a suceder?
Saber que el miedo ha sido y es utilizado por muchos grupos para dominar a las masas, y nosotros no queremos que nos manipulen con miedos.
3.- Aprende a relajarte y a meditar. Un buen libro de relajación no viene mal, nos enseña a controlar la respiración, destensar nuestros músculos que pueden estar muy contraídos.
La meditación es también muy útil, hay muchas frases de grandes pensadores que nos pueden ser de inspiración.
“Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas, no porque sean difíciles en sí, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a emprenderlas” Séneca
En el perfecto amor no hay temor. Juan 4:18
“No caminéis con la cabeza baja; es necesario levantar los ojos para ver el camino” Robert de Lanmennais
4.- No dejes de intentarlo.- No nos rindamos, la vida es una lucha diaria, cada día es una nueva aventura, un nuevo reto, una nueva esperanza, lo que quedó atrás ya pasó. ¿Fuiste derribado ayer? No importa, hoy tienes otra oportunidad. Declárate un guerrero, un luchador, un heraldo, un rebelde, un vencedor. Piensa que la esclavitud consiste en tener un miedo exagerado al amo, lamerle las botas al opresor, obedecer sin reflexión e incondicionalmente al tirano. La esclavitud consiste en dejarse humillar, en perder tu dignidad, en perder tus derechos, tu personalidad y dejar que otro decidan por ti.
Tú no eres esclavo. Jesucristo dice: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”
¡Levántate y pelea! Porque a lo mejor has perdido un combate pero no la guerra.
Cuando empieces a luchar por tu libertad, vas a encontrar una parte de la felicidad.

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El miedo, impide ser feliz

Todos sabemos y muchos hemos leído en libros de sicología o hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, que nuestros miedos y temores nos truncan el camino de la felicidad.  Dice Eduardo Punset, que el “miedo está reñido con la felicidad”. Y creo que tiene toda la razón.

En cualquier emprendimiento o actividad que nosotros nos propongamos, la presencia del miedo y la inseguridad, echará por tierra nuestra empresa. También dice la madre Teresa de Calcuta que “El obstáculo más grande que tenemos es el miedo”

Y parece mentira, pero el miedo es algo muy natural, que nos ayuda a preservar nuestra vida y está en nuestro subconsciente. Si no fuera por ese miedo no hubiéramos sobrevivido. Porque cuando se activa nos hace ser más cautelosos, andar con cuidado y prepararnos para defendernos de los ataques que podamos tener.

Pero aquí quiero hablar no de ese miedo sano y protector, sino de la exageración del miedo que se apodera de nuestra mente y llega a dominar nuestras emociones a tal punto de llegar a ser una paranoia e inclusive tenemos miedo a todo y miedo a ser felices, miedo a triunfar en los emprendimientos, miedo a escudriñar nuevos horizontes, miedo a leer nuevos libros, miedo a cambiar de trabajo, miedo a nuevas amistades, miedo a nuevas tecnologías, miedo a la innovación, miedo a mostrarnos al mundo y por ende miedo a existir como personas y quisiéramos pasar escondidos en una cueva donde nadie nos vea ni haya civilización, ni coches ni teléfono, ni aviones, ni edificios, ni fábricas, ni televisión, ni radio, ni un largo etc., etc., etc. Ese miedo es precisamente lo que trunca al hombre “moderno” para ser feliz.

He puesto entre comillas moderno porque a mi parecer el hombre que vive en la selva (No quiero decir que el de la selva sea antiguo) parece que es más feliz que  aquel que vive en la ciudad. Pues no tiene casi nada de estrés y sus temores son reales, no imaginarios como los nuestros.

Ahora, ¿Cómo vencer el miedo que me impide ser feliz?

Todos sabemos que el miedo no nos va a dejar, o no lo podemos eliminar por completo. Nadie en sus cabales puede decir que no tiene nada de miedo y el que lo diga, no se lo cree él mismo ni harto de vino. El miedo siempre va a estar ahí. Lo que tenemos es que desarrollar la habilidad de gestionar nuestro miedo. Gestionar es sinónimo de controlar, si queremos gestionar bien nuestros gastos es porque si no lo hacemos no llegamos a fin de mes, o podemos incurrir en unos desórdenes económicos que nos llevarán a la ruina. Lo mismo ocurre con nuestros miedos, si los dejamos que afloren sin control, vamos camino de la ruina en nuestra vida emocional y no podremos ser felices, con un sentimiento sostenible en el tiempo. Por tanto una vez reconocida nuestra necesidad vamos a empezar a ponerle cura, vamos a animarnos a resolver los conflictos al igual que los personajes del cuento del artículo anterior. Ante todo es de mucha ayuda saber que todo está en nuestra mente. Es una imaginación exagerada del “peligro” que nos viene. Si nos damos cuenta que ese peligro es hipotético, esto nos va a ayudar para controlar un poco el miedo.

Cada fracaso enseña al ser humano algo que necesitaba aprender.
No temas, que yo te he libertado;  yo te llamé por tu nombre, tú eres mío.

Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás,  las llamas no arderán en ti.

Pues yo soy tu Señor, tu salvador,  el Dios Santo de Israel.

Isa. 43: 1-3

 

Ser feliz aquí, y ahora

Aunque muchos han usado este cuento para escenificar algún problema, quisiera compartir con los lectores, la misma analogía para nuestros problemas del diario vivir. Con lo cual uno puede mejorar su predisposición para ser feliz.

CAPERUCITA, LA ABUELA Y EL LOBO DECIDEN PONER FIN A SUS  CONFLICTOS.

“Cansados de tanto desequilibrio, estos tres personajes deciden poner fin a sus problemas y solucionarlos definitivamente.

Tanto es así que caperucita prometió nunca más caminar por oscuros bosques y entretenerse con las flores y los pájaros, para no tentar a lobos que se esconden y devoran niñas.  La abuela decidió comprar un departamento en la ciudad donde habían vecinos, médicos, transporte y tiendas. Prometió nunca más dejar entrar a desconocidos en su casa para que no tenga que llevarse sorpresas desagradables. También contrató a una asistenta para que su nieta no tenga que andar largos caminos llevando comida y correr muchos peligros atravesando las bosques.

Por último el Lobo decidió que no era su oficio el meterse en camas ajenas usando disfraces para comerse niñas  extraviadas y devorar abuelas y engañar a la gente tratando de acomodar su ronca voz. Desde ahora quería ser él mismo. Sin disfraces. Cazar conejos, correr libremente por el bosque, aullar a todo pulmón anunciando su presencia en las lunas llenas y mantener unida  a su manada usando toda su valentía e inteligencia. Ser feliz con su misma realidad y dejarse de cuentos”

Según la OMS, para el año 2020 la angustia y la depresión serán la segunda causa de discapacidad en el mundo. La angustia y la depresión son todo lo contrario de la felicidad. Pero para curarnos necesitamos reconocer nuestro problema. Admitir que no somos felices con nuestra situación, que al igual que el lobo del cuento andamos disfrazados y en el fondo de nuestra alma existe un desconsuelo, una angustia que ahoga nuestro respirar.

Anhelamos cambiar, soñamos con despertar a un mundo mejor pero cuando vemos la realidad que nos rodea sentimos que la vida no tiene sentido. Odiamos a menudo lo que hacemos porque lo hacemos por obligación, hemos perdido el entusiasmo y la alegría.

Aunque vivir en realidad no cuesta tanto, estamos metidos en muchos compromisos y conflictos y éstos no nos dejan en paz, porque nunca imaginamos que nos pudieran derrumbar las cosas que en principio parecían que nos iban a dar felicidad.

Si tan solo pudiéramos quitarnos ese disfraz y reconocer con valentía que necesitamos ayuda. Pero nos da vergüenza decir lo que sentimos, tenemos miedo a cambiar, hay algo que nos impide y lo vamos postergando.

Es importante que arreglemos los problemas, no es necesario que los contemos a todo el mundo, pero sí que necesitamos afrontarlos con valentía y poner fin a esta situación que por cierto está minando nuestro yo interior.  Necesitamos tener el coraje de aceptar que nuestra felicidad y nuestros sueños no los hemos alcanzado, que algunas decisiones y compromisos que hemos adquirido han sido erróneos,  y que a lo mejor hay cosas que hemos hecho para satisfacer los deseos de los demás en manera desmedida y los sueños que teníamos cuando éramos más jóvenes han quedado pisoteados por el inclemente paso del tiempo que nos hemos tomado en postergarlos.  No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que uno es.

"Una persona feliz no es una persona en determinadas circunstancias, sino una persona con determinadas actitudes." — Hugh Downs