Nuevo año Feliz 2011 Feliz

Que interesante es el paso de un año a otro. Parece que en nuestro ser amanece otro día, la esperanza de un año mejor que el anterior nos hace pensar de manera positiva y cobramos nuevas energías para un año lleno de felicidad, porque eso es lo queremos para nosotros y eso es lo que deseamos para los demás. Sin embargo las tradicionales fiestas de celebración suelen convertirse en tragedias, por culpa de la ingesta desmedida del alcohol. Este hábito suele ser incontrolable para muchas personas que una vez iniciado el brindis empiezan a darle rienda suelta a su emoción de fiesta y no cesan hasta perder el juicio y cometer atrocidades con la familia, con los amigos, con los vecinos. O generan un accidente de tráfico o convierten la llegada de un Nuevo Año en un infierno desde el primer día.
¿Cuando tomaremos conciencia de que el ingerir alcohol en cantidades grandes e incontroladas  solo nos trae desgracias, tragedias  y desatinos? Y esto sucede a nivel mundial, pues la cantidad de fallecidos aumenta considerablemente los días de fiesta, y los divorcios y peleas entre familiares también tienen su dosis.
Estos hechos deberían hacernos considerar, que de nosotros depende mucho la felicidad en el Nuevo Año, es decir para que el Nuevo Año sea verdaderamente feliz. Del mismo modo que los gobernantes de turno que se pasan con sus discursos de buenos deseos, cuando en realidad nos tienen escondidos nuevos impuestos, nuevas subidas de servicios, nuevas trampas para quitarnos dinero del bolsillo. Pues son ellos los que pudieran hacer que el Nuevo Año sea más feliz para los ciudadanos, pero no con sus bonitas palabras, sino con los hechos.

Los que tenemos la fortuna de no perder el control ni en cuanto al alcohol, ni en cuanto a la fiesta, ni en cuanto a los exagerados deseos fofos. Esperamos la buena conducta de nuestros gobernantes y de nuestros conciudadanos para que tengamos un feliz Año dos mil once.

Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,  Que traigamos al corazón sabiduría. Sal 90:12

Instituciones Preocupadas por la felicidad

El gobierno de Bután, un pequeño país de los Himalayas, desde hace 35 años está muy preocupado por la felicidad de sus habitantes, tanto es así que ha establecido el índice de la felicidad, al que lo calificado como tan importante o igual al Índice del Producto Interior Bruto. De hecho lo vienen incluyendo en sus índices de referencia por considerarlo de tal importancia. Se supone que el gobierno de este país está preocupado por la felicidad y satisfacción de sus gobernados y lo van midiendo cada dos años basándose en encuestas a sus ciudadanos.

Cocacola, productora de bebidas y refrescos, también ha creado el Instituto de la Felicidad, con el objetivo de contribuir a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, a base de investigaciones y difusiones de conocimientos acerca de la felicidad. Cuenta con la participación de algunos expertos en la materia como psicólogos, economistas y científicos, dedicaos al tema de la felicidad.

Tanto Cocacola como el gobierno de Bután, parece que están tomando un camino adecuado, porque si podemos vivir una vida  llena de satisfacción, estaremos más dispuestos a construir unas familias más consolidadas y por tanto una sociedad más próspera y segura.

¿Pero qué nos hace sentirnos felices?

A unos que no tengan que comer seguramente que comer un pedazo de pan les haría tan felices, a otros que  han satisfecho dicha necesidad y carezcan de vestido, les hará felices una prenda que les sirva de abrigo, a los que ya tienen comida y vestido les hará felices una vivienda digna, y a los que han alcanzado todo lo descrito, un coche, un yate, un avión, un viaje, una casa en la playa, un matrimonio con la pareja de sus sueños. Cada uno de nosotros sabe los momentos felices que hemos tenido y los que podríamos tener. Pero como sabemos y estamos casi todos de acuerdo, son momentos subjetivos y puntuales.

¿Cómo encontrar una felicidad duradera que no dependa de las circunstancias?

Cierto día, un hombre  muy famoso que nos ha dejado muchas y valiosas enseñanzas, le dijo a una mujer que estaba junto a un pozo de agua, con la cual estaban hablando acerca de la necesidad del agua. "Quien bebiere de esta agua, (la del pozo) volverá a tener sed, mas aquel que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que será en él una fuente de agua viva que salte para vida eterna"

El agua del pozo, representa todas las necesidades materiales que nosotros podríamos tener, porque como hemos explicado cada vez podemos necesitar más y más y más y nunca estaremos saciados. Y el agua que nos puede dar este Señor, es precisamente la que necesitamos para ser completamente felices. La mujer de la historia le dijo: " Señor, ¡Dame siempre de esa agua!" Y te digo hoy. Este Señor resucitó al tercer día, está cerca de ti aunque no lo puedes ver. Si quieres puedes pedir del agua de la vida, para que tus necesidades sean satisfechas y no vuelvas a tener sed y seas feliz en tu vida. El agua que Él ofrece si tu te acercas y le pides con fe, es el Espíritu Santo que con su poder omnipresente te llenará y te saciará y cuando estés lleno de ese fuego no volverás a tener sed.

 

Espíritu de la Navidad para 2010

En estos días  de tanto ajetreo se hacen  por todos los lugares  felicitaciones,  reflexiones,  compras, regalos, viajes,  cenas de empresas,  fiestas aquí y allá y muchos de nosotros nos ponemos con el "espíritu de navidad".

¿Y qué entendemos por Navidad? Bueno, en un mundo liberal como el actual cada uno ha hecho su concepto y cada uno tiene su "verdad". Muchas de estas "verdades" carecen de investigación fidedigna e imparcial y están adecuadas al grupo que las proclama. Algunos sueltan cualquier chiste fuera de lugar y luego lo cogen como refrán y esa es su "verdad".

Si somos sinceros investigando  estableceríamos algunas falsedades acerca de la Navidad, pero también las verdades de los hechos históricos que no podemos cerrar los ojos y querer negarlos como muchos intentan por todos los medios.

A temprana edad me enteré que Jesús de Nazaret no nació el 25 de Diciembre y que esta fecha fue puesta por el Imperio Romano 400 años después de Cristo, reemplazando otra que era completamente pagana con el intercambio de regalos y todo. Cosa de la cual estoy convencido por los relatos evidentes de los mismos evangelios. Pero de ahí a decir que todo es un cuento chino, como quieren meternos los ateos, diciendo que ni siquiera existió Jesús de Nazaret, hay una distancia abismal. Porque existen datos históricos que registran la vida y la existencia de Jesús de Nazareth. Y que gracias a esa vida con un potente mensaje filosófico, hubo una transformación en la humanidad, como la eliminación de la esclavitud, los derechos de la mujer, las bases para una familia y por ende para una sociedad más justa. Sociedad que gracias a esta influencia ha llegado a la prosperidad y adelanto porque sin esta influencia la sociedad occidental sería igual que la musulmana donde no se  respetan los derechos humanos ni los derechos de la mujer.

Que los supuestos seguidores de este Gran Libertador especialmente en la Edad Media se auto adjudicaron poderes y liderazgo y lo detentaron a sangre y fuego cosa que  el propio Jesús lo condena en sus enseñanzas. Porque el poder y la autoridad no se obtienen por publicidad o imposición sino por reconocimiento. Porque los líderes verdaderos no imponen su liderazgo ni buscan seguidores. Cuando hay un líder de verdad los demás lo reconocen y lo saben. Y el liderazgo enseñado por el Maestro de los maestros, es el servicio humilde y no la jactancia y la prepotencia.

Que los errores monstruosos que se han cometido amparados en el nombre del Gran Maestro, han hecho que los que no son de corriente cristiana tomen como pretexto para decir que lo que hacen sus seguidores aprendieron de su maestro. Son también hechos históricos que no podemos negar.

Pero comparando entre las sociedades que no han querido acogerse a esta corriente cristiana, especialmente la protestante. No podemos negar que hay una gran diferencia.

Ahora, esta sociedad que ha prosperado y ha conseguido su libertad inspirada en el  Gran Libertador, Jesucristo, quien logró una revolución con solo doce hombres que le siguieron . Quiere renegar de sus raíces, convirtiendo la libertad que Jesús predicó en un libertinaje de las mismas o peores proporciones como las monstruosidades que cometieron los anteriores protagonistas de la historia.

Necesario es que los líderes, junto a sus muchos asesores, por lo menos investiguen de manera imparcial los resultados de los hechos históricos para evitar los errores e intuir lo que pasaría al emitir las leyes, algunas contra los principios básicos de la naturaleza.

Lo bueno que tiene esta época del año es que por lo menos crea nosotros un sentimiento de unidad y comprensión, y un pretexto para enviarnos expresiones y deseos que nacen de nuestros buenos sentimientos. Lo cual aprovecho para que todos mis amigos sepan que también tengo unos buenos sentimientos para cada uno. A la vez que deseo que no caigamos en el comercio desenfrenado y lleguemos a pensar que si no tenemos un regalo en estas fechas somos unos infelices. Y que no esperemos estas fechas para ser "buenos" sino propongámonos mejorar todos los días de nuestra vida.

"Muchos han emprendido la tarea de escribir la historia de los hechos que Dios ha llevado a cabo entre nosotros,   según nos los transmitieron quienes desde el comienzo fueron testigos presenciales y después recibieron el encargo de anunciar el mensaje.  Yo también, excelentísimo Teófilo, lo he investigado todo con cuidado desde el principio, y me ha parecido conveniente escribirte estas cosas ordenadamente,  para que conozcas bien la verdad de lo que te han enseñado." Lucas 1:1-4

Si controlas tus emociones puedes ser feliz

La felicidad no solo depende de las circunstancias que te rodean, depende también y mucho de cómo te tomas esas circunstancias, dicho de otra manera. ¿Cómo te afectan los hechos que acontecen en tu vida?. Porque los sucesos vienen para cada uno y para todos en general, algunos buenos y otros no tan buenos. ¿Pero cómo nos lo tomamos? Para aclarar el asunto y vivir una vida feliz,  necesitamos controlar nuestras emociones.

Cuando algo inesperado sucede, nosotros no razonamos, reaccionamos. Esta reacción es la que debemos evitar. Porque reaccionamos con una emoción y muchas de las veces con una emoción negativa, puede ser con ira o con ansiedad, con odio o exceso de compasión, con mucha preocupación o un que me importismo   según sea el caso.

Lo ideal en estos casos es como siempre poner en marcha el tan repetido consejo: mantener la calma. Seguro que no pocos aquí dirán lo que pides es imposible.  Nadie puede mantener la calma cuando le sobreviene un hecho que no se espera y que es además desagradable.

Y yo les digo, lo que pasa es que no estamos entrenados para ello. Entonces lo que tenemos que hacer es empezar a entrenarnos, especialmente a los que nos cuesta mantener la calma, digo nos cuesta, porque a quién escribe el artículo, también le cuesta. Por cierto, soy admirador de aquellos que nacieron con esa capacidad de mantener al calma más desarrollada. Porque he tenido que practicar y practicar y me ha costado conseguirlo y de hecho hay ocasiones que me cogen los hechos desprevenido y me descontrolo por segundos. Pero luego recuerdo el entrenamiento y vuelvo a tomar el control de la situación.

Es mencionable el hecho de que nos entrenamos para muchas cosas, entrenamos los músculos en un gimnasio para mantener el cuerpo en forma o para mejorar la salud, entrenamos el cerebro con ejercicios matemáticos para adquirir velocidad mental, nos preparamos para realizar un trabajo, o una misión, etc. ¿Porqué razón no entrenarnos para poder controlar nuestras emociones y  tener una vida más tranquila y por tanto feliz?

Te encarezco que lo intentes. Puedes llevarte muchas y gratas soluciones a los problemas del diario vivir.
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Consejos que no queremos oír

Los psicólogos se dan cuenta que perdonar es bueno para curarse a sí mismo. Mejor tarde que nunca.

Robert Enright, psicólogo, creó el Instituto Internacional del Perdón en 1994 con el fin de aplicar años de investigación en la práctica del perdón. Es coautor de «Helping Clients Forgive: An Empirical Guide for Resolving Anger and Restoring Hope» (Ayudar a los clientes a perdonar: Guía empírica para Resolver el Odio y Restaurar la Esperanza”), publicado por American Psychological Association Books, 2000.

A pesar de que las enseñanzas de Jesucristo fueron dadas hace dos mil años. Y los libros del A.T. fueron escritos muchísimo mas antes del nacimiento de Jesús.

La ciencia y los consejos e instrucciones que nos ha dado nuestro fabricante no pueden estar en contra. Dios conoce al ser humano por ser su creador, y lo conoce mejor que cualquier hombre. Lamentablemente no queremos escuchar el consejo del fabricante. Nos creemos más inteligentes que el diseñador. Bueno le sería al hombre volver a los preceptos dictados por el Creador y seguir los buenos consejos e instrucciones que nos da.

Uno de los consejos que más impactan y nos cae gordo  es el de perdonar. Parece que tiene mayor satisfacción la venganza y la "justicia" por mano propia, al menos la primera reacción es esa. Hace unos años una inocente niña fue a comprar unos caramelos a cincuenta metros de su casa. Un individuo que había salido con permiso carcelario por "buena conducta" la metió en su casa, la violó, la asesinó y escondió su cuerpo. Me pongo en los zapatos del padre de la niña, y cuando lo hago siento un deseo fuerte e irresistible de tomar al individuo y  caerle por lo menos a golpes hasta cansarme. En ningún momento se me ocurre perdonarle. ¿Por qué el Señor nos manda perdonar? ¿Cómo obedecer este mandamiento? Con el paso de los años he aprendido que solo con un pleno convencimiento de que el perdón es necesario para sanar nuestras propias heridas,  vamos a poder hacerlo. Primero perdonamos por egoísmo, es decir porque sabemos que nos hará daño el guardar rencor. Luego nos vamos acercando al consejo sabio de nuestro diseñador, quien nos dice que perdonemos a quienes nos ofenden así como Él nos perdona nuestros errores.

¿Te cuesta mucho perdonar a quienes te han hecho mucho daño?  Creo que la respuesta es obvia.

Te tengo una noticia. Aunque parezca increíble, cuando no perdonamos, nos hacemos daño a nosotros mismos y algún día nos pasará factura. Además  de saber que el guardar rencor nos hace daño a nosotros mismos. A veces necesitamos experimentarlo, porque seguro que con la lectura de este artículo no te convences. Pero cuando hayas experimentado por ti mismo, seguramente que te ha dolido el no querer seguir el consejo.

¿Quieres perdonar a quienes te hicieron daño? Si lo quieres hacer empieza por lo más fácil, es decir pensando que tú vas a ser el primer beneficiado. Vas a ser más feliz, sanará tu enfermedad emocional, te sentirás muchísimo mejor, te lo aseguro.

¿Qué tal si empiezas ahora?.

1. Busca un lugar adecuado donde te sientas a gusto.

2. Respira con profundidad.

3. En voz alta de manera que escuches bien claro, di:

¡Yo.........(tu nombre), perdono a ........(nombre de quien te ha hecho daño). Porque solo así me siento bien y en paz.!

Repítelo las veces que te haga falta y siempre en voz alta y con energía.

¿Qué tal? ¿Mejor verdad? Yo he sentido mucha paz cuando lo he hecho.

Si lo haces y no sientes paz todavía, repite el ejercicio cuando puedas, en la ducha, en el parque, en tu habitación. Si lo haces tal como te he explicado, vas a sentir la sanidad de tu alma, y también de tu cuerpo, te garantizo que no falla. Es el consejo del fabricante.

Hermoso consejo

¿Cuántos amigos tienes? ¿Existe la verdadera amistad?

Cuando era niño mi abuela me decía: "Los amigos de verdad los puedes contar con los dedos de la mano" Con el paso de los años me he dado cuenta cuanta razón tenía aquella sabia mujer. Solo existen muy pocos. Siempre hay algo de interés por detrás de la amistad. Es muy raro un amigo que se interese por nosotros, con un corazón sincero y desinteresado. Los amigos verdaderos son aquellos que vienen a verte cuando tú lo estás pasando mal sin que los hayas llamado, y comparten como suyos tus dolores, aflicciones y penas. Pero necesitan ser llamados para que vengan a ti,  cuando tienes alegrías, triunfos, logros y festejos.

A veces me pregunto. ¿Porqué somos tan interesados solo en nosotros mismos? ¿Por qué queremos solo para nosotros y para nosotros?. Aunque no lo decimos con la boca, lo decimos en nuestro interior:  "Quiero que me ayuden, quiero que me escuchen, quiero que me acepten, quiero ser amado, quiero ser comprendido, quiero, quiero, quiero..." Primero, yo. Segundo ,yo. Tercero, yo. Cuarto , yo. etc.

Estos "quiero". Nos hacen pensar que así obtendremos la felicidad. En otras palabras, decimos que cuando nos quieran o cuando nos den, o cuando nos amen,  seremos felices.

Soy admirador profundo de un hombre que tuvo algunos amigos, pero no eran ellos los que daban, era él. Convivió con ellos hasta su muerte y siempre estaba dando y dando, su servicio, su amistad, su entrega, su abnegación. Un día le tomaron preso por unas calumnias. En aquella época no se respetaban los derechos humanos y le metieron una paliza hasta destrozarle su piel y desfigurarle su rostro. Todos sus amigos excepto uno, se escondieron y le dejaron solo. Aquél que no había huido, seguía la  escena de cerca pero un poco camuflado entre la gente.  De pronto una de las personas le reconoció  y dijo: ¡Éste también andaba con el detenido! A lo que respondió: ¡No lo  conozco!. ¡No sé de qué estáis hablando! Así algunas veces. El detenido, lo miró y no lo delató, porque sabía que si detenían a su amigo le iban a hacer lo mismo que le habían hecho a él. Hay muchas anécdotas  más de este gran hombre, quien es autor de una hermoso e incomprensible consejo: "Es más feliz aquél que da, que quien recibe" Digo hermoso, porque en sí me gusta. Digo incomprensible porque  escasos seres humanos han llegado a sentir felicidad en su corazón, cuando han hecho algo bueno por sus semejantes. Diríamos que uno de sus muchísimos consejos es muy hermoso en su filosofía pero muy difícil de practicarlo. Normalmente cuando damos siempre pensamos en cuanto recibiremos a cambio, si somos honestos  no podemos olvidar lo que hemos dado, y lo andamos publicando para que los demás vean que somos espectaculares. Mas el consejo de este admirado Señor dice que demos sin que sepa nuestra mano izquierda lo que ha hecho nuestra derecha.

Un día una conocida familia estaba pasando unos momentos muy duros por un problema familiar, se derrumbaron en su fe y se vinieron abajo. De sus amigos cercanos ninguno se acercó para darles ánimo, los que más hicieron solo llamaron por teléfono. Pero una amiga de la familia que vivía a cuatrocientos ochenta kilómetros, en cuanto se enteró del problema, vino hasta su casa, pasó con ellos unos días, les animó, les consoló, les acompañó literalmente en su dolor, les aconsejó lo que mejor pudo y como todo lo bueno acaba pronto tuvo que partir hacia los suyos, pero dejó un recuerdo imborrable en el corazón de esta familia. Aunque parece que vivimos en un mundo tan egoísta, todavía quedan verdaderos amigos, seres humanos que nos conmueven y que queremos seguir su ejemplo.

Unos de los muchos  consejos sabios sobre la amistad dados por el mismo Señor del consejo hermoso:

Ama a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39

En todo tiempo ama el amigo,  Y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17

Consejos para ser feliz en la vida


Todos hemos recibido consejos por parte de alguien, de manera especial los consejos vienen de nuestros padres, luego los de nuestros mayores y también los consejos de nuestros amigos.

La mayoría de consejos son buenos. Lo que pasa es que nos es muy difícil u olvidamos ponerlos en práctica. Sin embargo, cuando alguien nos aconseja estimulando nuestros deseos y si éstos son porqué no decirlo, para satisfacer algún sentimiento de venganza, hacemos y ponemos en práctica con mayor facilidad.
Me explico de otra manera, si me han ofendido mis compañeros de trabajo y cuento mi problema a mi amigo, éste me dice mira, Si te insultaron de ésta manera tu responde con la misma moneda, insúltales con más vehemencia para que vean y escuchen que no eres tonto, y puedan sentir lo que tu sentiste, para que sientan la humillación, la indignación, la impotencia y la ira que te hicieron sentir.
Según los buenos consejos aceptados por la sociedad racional, la de nuestros padres y mayores, basados en principios morales y éticos, valores que ha perdido nuestra sociedad actual. No es buen consejo pagar mal por mal.

La respuesta violenta solo produce más violencia. Eso está muy comprobado, porque así se inician las guerras, primero entre compañeros, luego entre familias, luego entre ciudades, luego entre países. Porque ninguno quiso ceder en un principio cuando la llama era pequeña,  entonces este fuego de ira y venganza fue tomando cuerpo, se hizo una gran bola de nieve que nadie la pudo parar y terminó arrasando lo que estaba a su paso.

Si miramos al pasado podemos observar, que muchos pleitos se iniciaron entre hermanos, entre grandes amigos, entre muy buenos compañeros, etc. Por citar uno de los más ejemplares, los israelitas y los árabes. Si vamos a sus orígenes ellos son hermanos hijos de un mismo padre. Cuando eran de la misma casa comieron juntos, jugaron entre ellos, compartieron muchas cosas que usualmente los hermanos compartimos. Ahora, podemos mirar en las noticias, cuanto odio se ha generado por una disputa y por dejarse llevar seguramente de malos consejos. Qué incendio más grande puede encender un pequeño fuego cuando no es apagado a tiempo.

¿Tienes enemigos en tu vida? ¿Te han ofendido y te han hecho daño? Acepta un buen consejo.  Perdona la ofensa que te ha causado, a lo mejor vas a iniciar una gran guerra entre tu familia y la suya. Intenta buscar su amistad. Intenta olvidar el daño y el dolor. Hay un Juez superior a los jueces de la tierra. Un juez que lo mira todo, intenta poner tu problema en conocimiento de este gran Juez. Quien te habla lo dice por su propia experiencia. Nunca he visto un justo sin respuesta ni quedar en sufrimiento.

No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bienel mal. Romanos 12:21

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La pareja y la felicidad

Estuve observando a una pareja de novios que pretendían consumar su boda en un futuro próximo y me ha parecido estupendo que se preparasen para el próximo estado civil. Esto en parte garantizará su futura relación porque en su preparación se tocan temas de los cuales sin ayuda no se tocan en el noviazgo. Normalmente se piensa que al formar un nuevo hogar vamos a ser felices como las parejas que hemos visto en la televisión a través de las telenovelas y egoístamente se piensa "Me caso para ser feliz" (Yo).  Cuando en realidad se debería pensar en hacer feliz a la persona amada, siempre con mucho equilibrio y en la medida de lo posible. Porque el que ama no es el que pide, es el que da. Si de verdad uno se casa por amor, tiene que estar dispuesto a dar. Tanto para el hombre como para la mujer. No sirve que solo el uno ame y que solo el uno ponga y dé todo de sí, porque cuando no hay reciprocidad, al final terminará agotándose la relación y se romperá como ocurre en la gran mayoría de los casos.

¿Cómo ser feliz en el matrimonio? Según estadísticas uno de cada dos matrimonios se disuelven en el mundo occidental. Un gran porcentaje de parejas no han formalizado su compromiso ante  la ley y miles de parejas afirman que no son felices en su matrimonio. Para analizar con mente fría la situación necesitamos entender que el amor verdadero requiere de mucho trabajo, compromiso y dedicación. No es tan fácil como nos venden en las novelas románticas. El amor verdadero no es un sentimiento ni una emoción aunque tienen algo de ello. Es una decisión firme y un compromiso serio. El amor en el hogar de una pareja, necesita mucho esfuerzo para mantenerlo a flote. Cuando por diferentes razones  se acaba la pasión y el sentimiento debe que dar el compromiso, que en realidad es el eslabón final que une la relación de matrimonio.

Por tanto la felicidad en el matrimonio necesita trabajo y dedicación. Lo contrario que se hace en la sociedad actual. Se trabaja mucho en la etapa de novios hasta conseguir la consumación de la boda, pero cuando ya se "goza" de la inscripción matrimonial, se empieza por descuidar la relación porque pensamos que ésta está asegurada.

El matrimonio consta  de dos partes, por lo mismo la felicidad en el matrimonio debe ser un esfuerzo de los dos.

Hace mucho tiempo los futuros padres y madres, no tenían información suficiente acerca de los problemas que se sobrevenían en el futuro de la pareja. nadie les daba cursos prematrimoniales, muchos se casaban y no tenían muebles, ni casa, y a veces ni un trabajo fijo. Pero la mayoría de estos matrimonios han durado hasta que la muerte los separó. Esto es porque además del amor eros, tenían un compromiso de responsabilidad, y luchaban por mantener el vínculo de la relación. Puedo asegurar que su felicidad en el matrimonio no era eufórica, pero tenían constancia en lo que hacían se sentían comprometidos con los hijos, con los padres, con la sociedad. El compromiso hace que uno tenga capacidad de aguante. Si pensamos egoístamente, lo que buscamos es nuestra felicidad y en cuanto vemos que las cosas no salen como lo habíamos pensado, abandonamos el barco. Y cuando fracasa esta empresa, fracasan nuestros hijos, fracasan nuestros padres, fracasa la familia entera y fracasa la  sociedad.

¿Quieres un consejo para ser feliz? Cuando uno lucha por un objetivo y logra comprometerse con ese objetivo, seguro que lo consigue y al final siente la satisfacción y la felicidad del trabajo bien hecho, con mucho esfuerzo pero con excelente resultado.

¿Estás casado? Comprométete con tu pareja, con tus hijos, con tu familia. Renueva tu compromiso con mayor anhelo e ilusión. Empieza de nuevo.

¿Estás de novio y piensas formalizar tu relación? Piensa siempre en el compromiso, comparte con tu pareja este blog.

El matrimonio puede ser un pedazo de cielo o uno del infierno, depende de nosotros.

No te rindas en tus emprendimientos, no desmayes en tus sueños. Mucho depende de ti. Si la otra parte no pone lo suyo, tu pon un poco más  y no busques vencer, sino convencer. Porque el que vence no gana la guerra sino el que convence.

Dios hizo a la mujer y se la presentó al hombre,   el cual, al verla, dijo: "¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar 'mujer', porque Dios la sacó del hombre."   Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegarán a ser como una sola persona. Gen 2:22-24

Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido. Mateo 19:6

Dios y la felicidad

¿Cuál es la voluntad de Dios?

¿Nos creó Dios para que seamos infelices o felices?

No hay nada más extraordinario que vivir poco e intensamente, a vivir tanto y suicidarse  lentamente, digo esto porque recuerdo que  el filósofo Herbert Spencer (1820-1903) decidió que en su tumba se grabara la palabra latina infelicissimus, que significa: profundamente infeliz. Aunque era un estudioso de la filosofía y un erudito en muchas cosas no había encontrado la felicidad debido a su ateísmo.  Vivimos en una corriente atea y humanista, la cual proclama que somos nosotros mismos sin necesidad de Dios los gestores de nuestro destino. Hemos desterrado a Dios de nuestras vidas. Pero ¿A dónde nos conduce esta forma de actuar? Por lo visto no a la felicidad. Según la OMS. La insatisfacción y la angustia son el 30% de la causa de baja laboral, en los países desarrollados. Y el número porcentual se incrementará en un 40% en los próximos 20 años. Esto nos demuestra que algo estamos haciendo mal. Casi que puedo asegurar que las cosas materiales, el estudio y el conocimiento, las amistades y los compañeros, los deportes y los muchos ejercicios, las mejores iglesias y los mejores templos, los grandes conceptos teológicos y las más nombradas religiones, las mejores lecturas y los mejores vídeos y las mejores tecnologías y todo lo habido y por haber que nos ofrezca la ciencia y este mundo pasajero, no nos llena el vacío que tenemos en lo profundo de nuestro corazón. Por eso vivimos con angustia e insatisfacción.

Nosotros los seres humanos somos la obra más grande que Dios haya hecho, y Él está interesado en el ser humano como tal. En el Universo existen cosas muy muy pequeñas como las partículas, las moléculas y los átomos y cosas muy grandes que escapan a nuestra imaginación como son los planetas, las estrellas, las galaxias, las constelaciones. Tanto en el microcosmos, como en el macrocosmos, nuestra mente todavía no es capaz de resolver con exactitud las magnitudes. Leí en un artículo que si comparamos lo más pequeño conocido o de lo que se tiene idea, con lo más grande conocido o de lo que se tiene también idea, El ser humano está en el término medio. Es decir que si pusiéramos juntos las cosas muy grandes y las muy pequeñas en una proporción, nosotros seríamos el promedio. No somos ni muy grandes, ni muy pequeños. Curiosamente, los hombres de ciencia siempre están interesados en el término medio. No interesa lo muy grande ni lo muy pequeño, no interesa lo más sobresaliente ni lo más irrisorio,  interesa el término medio,  o el promedio como ellos lo dicen. Dios también está interesado en el término medio, o sea en nosotros los humanos.  El señor no envió su hijo al mundo para salvar a las estrellas ni a los átomos, lo envió para salvar a los humanos. Dios amó tanto al mundo, que dio a su único hijo, para que todo aquel que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna.

Entonces. ¿Porqué no somos felices, si Dios quiere nuestra felicidad? Aquí hay algo que nosotros debemos hacer. Creer. ¿Y cómo debemos creer?. Porque preguntamos a mucha gente y dice que sí, que cree pero no consigue una autentica satisfacción en su vida.

Esto de creer parece fácil y a la ligera decimos que creemos un gran porcentaje. ¿Cómo es la verdadera fe o creencia que nos lleva  a la felicidad?

Quisiera poner el ejemplo de un niño y que nos imagináramos como cree. Si uno le dice al niño señalando a la luna. Eso es el sol. El niño lo cree sin rechistar. No lo duda ni un solo momento, para él eso es el sol. Si el niño va con su padre y tiene que pasar por un lugar oscuro no tiene miedo porque siente la mano y la voz de su padre que lo protege. Si tiene que pasar por al lado de un perro tampoco siente miedo porque cree que su padre le defenderá.

De la misma manera tenemos que creerle al Señor. Recalcando esto de creerle a Dios que creer en Dios. Porque hay una pequeña o grande diferencia entre creer en Dios y creerle a Dios .

El Señor dice: "No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí.   En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar.  Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar" Juan 14:6

"Si tienes que pasar por el agua,  yo estaré contigo,  si tienes que cruzar por los ríos, no te ahogarás;  si tienes que pasar por el fuego,  no te quemarás,  las llamas no arderán en ti.
Pues yo soy tu Señor, tu salvador" Isaías 43:3

¿Puedes creer esto? ¿Puedes creer con la misma fe de un un niño? ¿Puedes tener la certeza y la seguridad de que es verdad lo que Dios te dice?

Cuando yo creo esto soy valiente, ningún problema por grande que sea me hace temblar. Me siento como el niño del ejemplo. Protegido, seguro, lleno de fortaleza.  Por tanto muy feliz.

¿Tienes angustia e insatisfacción en tu vida? ¿Vives una vida de sufrimiento e inseguridad? ¿Sientes un vacío que no lo puedes llenar con nada? ¿Tienes una comodidad media económica pero sientes que todo aquello no te vale o no te satisface? ¿Haz logrado algunas metas y te ha pasado la alegría de lo logrado y ahora sientes que el trabajo es en vano?

Prueba a creer en Dios con todo tu corazón. Prueba a entregarle tu vida para que Él llene ese vacío que hay en tu vida. Cree en señor Jesucristo y será salvo tu y tu casa. Busca un sitio que te sientas cómodo y ora así en voz alta:

Señor Dios de los cielos. Tu enviaste a Jesús para salvarme. Creo en ti, aunque mi mente me diga que no, creo en ti a pesar de las dudas, creo en ti con todas mis fuerzas. Renuncio a mi incredulidad, renuncio a mi falta de fe. Ven, toma mi vida y mi corazón. Entra en mi alma, en mi mente y en mi espíritu y rompe toda mi amargura. Echa fuera la angustia que me atormenta. Llena de paz mi alma, hazme sentir gozo y alegría y  lléname de paz y felicidad. En el nombre de Jesús. Amén

Si has hecho la oración con sinceridad habrás sentido paz. Si tienes alguna pregunta hazla en los comentarios. Trataré de contestarte.

Recibe un ciber abrazo. Y no desmayes en buscar la felicidad verdadera.

Autoestima y felicidad

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es la percepción emocional que tenemos las personas sobre nosotros mismos, dicho en otras palabras, es la valoración que nos hacemos sobre lo que somos, lo que pensamos, lo que sabemos, lo que somos capaces.  Tener demasiada valoración de nosotros mismos es negativo, como tener muy poca valoración.

"Ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe." Esto está en escrito en Romanos 12:3. Lo que a la vez nos indica que debemos tener un nivel adecuado para la convivencia, tanto con los demás como con nuestra propia vida y problemas que tenemos que sortear.

Si nuestra autoestima es demasiada alta, nuestra actuación será negativa para con los demás. Pensaremos que valemos mucho, mucho,  más que nuestros compañeros de trabajo, que nuestros familiares,  que nuestros amigos y todos aquellos que nos rodean o se crucen en nuestro camino. Esta conducta es negativa e influye en nuestra felicidad, porque en nuestra equivocada percepción tenderemos a humillar a los demás, a pensar que solo nosotros tenemos la razón y que los razonamientos de nuestros semejantes son muy pobres comparados con los nuestros. Al final terminaremos con muchos enemigos y con un nivel de satisfacción deficiente.

Por contra, si nuestra autoestima es demasiada baja, tampoco tendremos un nivel agradable de satisfacción con respecto a nuestra felicidad. Nuestra conducta con respecto a los demás será pensar que no valemos lo suficiente como para merecer ciertas amistades, ciertos puestos de trabajo, cierta pareja. Consideraremos a los demás como muy superiores o con demasiada suerte, pensaremos de nosotros mismos que somos unos fracasados, que no deberíamos existir, que somos un error de la naturaleza o cosas similares.

Nuestra autoestima se forma desde que nacemos, está grabada en el inconsciente,  muy en lo profundo de nuestro ser. Es difícil de modificarla pero no es imposible. Nuestro diseñador nos ha dado capacidades para poder cambiar cosas que haya en nuestro ser. Y si tenemos una buena  relación con Dios nos es mucho más fácil modificar ciertos parámetros de nuestra vida que desearíamos cambiar. Esta relación hace que nuestra vida sea entendida desde otra perspectiva, mejorando considerablemente nuestra felicidad y nuestra satisfacción.

Nuestra vida  es el transcurrir de experiencias y eventos con los que entramos en contacto; un transitar entre ritmos y fluctuaciones; un ir y venir de flujos y reflujos. En este devenir de nuestro tiempo, podemos llegar a vivir momentos de alta autoestima  y momentos de baja autoestima.

Las relaciones sociales, generalmente están marcadas por cambios rápidos y frecuentes, y por una elevada competitividad , lo que nos obliga a permanentes readaptaciones. En estas  circunstancias, nuestro sentido de valoración personal y de confianza en las propias capacidades que tenemos pueden verse afectados y hacernos creer que vivimos a merced de los acontecimientos de un destino que lo tenemos marcado previamente. En esos momentos la confusión, la impotencia y la frustración producidas por no poder conseguir nuestros objetivos, nos lleva a dudar de nuestra capacidad, de nuestra fuerza  natural de restablecernos, y es entonces cuando optamos por crear y a veces sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar generado por la autoestima, es decir, por la consciencia, el amor incondicional y la confianza en uno mismo. Los seres humanos, somos la única especie capaz de traicionar y actuar contra nuestros medios de supervivencia. En estado de desequilibrio, el ser humano opta por manejarse de formas diversas y nocivas para su propia vida.

Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio.  2Timt. 1:7

 

Despréndete del odio, puede destruir tu felicidad.

¿Alguna vez has sentido odio y aborrecimiento contra alguien? ¿Te ha invadido un sentimiento perverso y te ha quitado la paz?

Es increíble que este tipo de sentimientos negativos nos hagan mucho daño a nosotros mismos antes que a quienes creemos que que les afectará negativamente. Pareciera que al aborrecer a alguien la persona aborrecida lo pasará muy mal, pero aunque a la víctima le afecte esta situación, nosotros los generadores de este sentimiento también saldremos afectados. Normalmente cuando alguien nos ofende, reaccionamos con ira en nuestro interior. Esta ira hace que desprendamos mayor adrenalina y un aumento del ritmo cardíaco a la vez que nos crea un sentimiento de culpa y de fracaso, lo que puede desencadenar en una furia violenta o tendencias al suicidio. Esto de la ira muchas veces es inevitable, es una reacción muy violenta de nuestra personalidad, es parte de nuestra defensa del yo. Lo negativo es que partiendo de este incidente hagamos un nido de resentimientos en lo profundo de nuestro ser generando rencillas continuas y sentimientos de desprecio e indignación hacia la persona que nos ha hecho daño.

"Airaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo". En otra versión dice: "Si se enojan no pequen, que el enojo no les dure todo el día" Esto nos da a entender que los enojos son el pan de cada día, pero nos aconseja  desechar el rencor. Que nuestra ira, o enojo, o resentimiento no nos dure todo el día. Pero nosotros, sea por desconocimiento o por falta de dominio propio, dejamos que un resentimiento que a lo mejor en principio es pequeño vaya tomando dimensiones suficientes para convertirse en bola de nieve y arrase con todo lo que se ponga por delante. Y cada vez que hablamos de aquella persona con quien hemos dejado madurar este sentimiento negativo, la ponemos en mal con los demás añadiendo más leña al fuego cada día, y poniendo en peligro nuestra paz y felicidad.

Controlar estos sentimientos negativos no es fácil, y cuando somos afectados por ellos perdemos la paz, y tenemos una vida insatisfecha, por tanto somos menos felices.

¿Cómo puedo desprenderme del odio?

Lo primero es no dejar que un sentimiento de rencor se agrave, si nos enfadamos con alguien que sea por un momento. Cuando somos niños nos enfadamos mucho, pero en cuanto pasa un rato ya estamos otra vez jugando con quien nos habíamos enfadado. Es decir soltamos el resentimiento al instante. No lo guardamos por días y días, pero con la edad, adquirimos la manía de guardar el resentimiento y esperamos el momento de la venganza, y cuando no hemos podido vengarnos, seguimos guardando y guardando. Esto es lo que hay que evitar en la medida de lo posible. Soltar ese sentimiento, pensar que fue un mal rato que lo dejamos pasar.

Si ya hemos guardado por mucho tiempo el rencor,  es necesario tomar una determinación firme. ¿Hasta cuando hemos de vivir con un resentimiento que  nos corrompe nuestra felicidad? ¿Porqué no dejarlo todo en el pasado como lo que es? ¡PASADO! Nada ni nadie puede modificar el pasado. Si vivimos en el pasado, este pasado nos condena, nos atormenta, nos paraliza, no nos permite avanzar. Olvidemos el pasado, vivamos el presente, este momento que estamos respirando, este momento que podemos disfrutar de la vida, este momento que podemos ser felices, este momento que podemos abrazar a quien amamos, que podemos besar a nuestra madre, a nuestros hijos, a nuestra pareja. Muchas cosas se pueden recuperar, pero el tiempo nunca lo recuperaremos. Hoy es el día que tenemos para vivir, y este día no se repetirá jamás. ¿Vamos a desperdiciarlo recordando un hecho negativo que amargue nuestra existencia? Acciones  negativas vamos a recibir todos los días, el éxito está no en saberlas guardar con resentimiento, sino en hacer que resbalen en tu vida, que no te afecten en el disfrute de las cosas maravillosas que tienes a tu alrededor. Dentro de todo lo que se dice malo, hay cosas que son una maravilla, tu salud, es una maravilla, tus miembros completos son una maravilla, tu cerebro es una maravilla,  en los tiempos que vivimos tu trabajo es una maravilla.  Te has puesto a pensar: ¿Cuántos quisieran tener la esposa, el coche, la casa, el trabajo, la salud, los muebles, los estudios, que tú tienes? Vamos a pensar en lo bueno que tenemos alrededor y como dice aquél: Cuando la vida te muestre algo porque amargarte o llorar, muéstrale mil cosas por las que reír y ser feliz.
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La fe mejora nuestra felicidad

Aunque los seres humanos educados, necesitamos ver primero para creer.

Digo educados porque hemos adquirido conocimientos con el paso de nuestra vida y nuestras propias experiencias.

Cuando uno pone en práctica ciertos métodos  de lo que implica tener fe, mejora sustancialmente su estado anímico y  emotivo,y siente una seguridad  personal increíble. Por tanto mejora nuestra felicidad.  Mucho hemos criticado esto de la fe y algunos nos hemos avergonzado en ocasiones de nuestra fe. Los que se dicen a sí mismos ateos, que creen solo en la ciencia, solo en lo comprobado y probado. Aunque digan y afirmen ser escépticos, también tiene fe. ¿Cómo que tengo fe? me dirá alguno. Y le respondo:  !Sí, tienes fe!

¡No, mi vida se basa en realidades, en hechos completamente evidentes y comprobados, que yo los haya visto! Me dirá.

Pues normalmente tenemos que creer lo que alguien nos dice aún sin haberlo visto. ¿Has visto tú personalmente un átomo? Seguro que la mayoría de nosotros no lo hemos visto más que en dibujos y creemos en lo que otros nos dicen que existe y como son muchos con cerebro educado, los que lo afirman pues nos creemos, y no tenemos la menor duda. Los ejemplos pueden multiplicarse exponencialmente. Para los que por experiencias propias, o por lo que nos ha contado mucha gente, o hemos visto en muchos artículos. Acerca de los beneficios de tener fe, nos es más convincente que tuviéramos mejores resultados  si aplicamos fe a nuestros emprendimientos, fe a nuestros sueños,  a nuestros anhelos, a nuestro trabajo, en nuestra familia, en nuestras relaciones humanas, en nuestros negocios y en nuestra felicidad, por supuesto.

"Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. " Hebreos 11:1

Según esta definicón si nosotros afirmamos que somos felices, a pesar de no verlo ni sentirlo, vamos a conseguir al final mejorar nuestra felicidad. Nuestra mente se activa con nuestras palabras, nuestras neuronas, se motivan a actuar de manera que uno se siente más feliz, más tranquilo, más apto, más dispuesto para ser feliz.

Ser feliz no implica no tener problemas nunca, implica tner capacidad para convivir con los problemas, mirarlos de una perspectiva más lógica y tranquila, con una mente clara. Un vez analizada la situación buscar una forma de solucionar los problemas y hacer lo que esté a nuestro alcance. Si hemos hecho lo que podíamos hacer, si hemos luchado por dar una solución adecuada, si hemos dado todo de no nosotros, debemos no sentirnos frustrados, sino satisfechos de nuestro trabajo.

¿El problema no se solusionó como queráimos?. Bueno hemos hecho nuestra parte. Cuando hemos dado todo de nosotros y no se ha solusionado un problema. Muchas veces ocurren milagros. Los escépticos dirán suerte, los creyentes, milagros. Da igual, para los que creemos en Dios es un milagro. Los milagors o la suerte no vienen a los que los quieren, sino a los que los merecen. Aunque algunos recibamos sin merecerlo. Pero según se puede ver, merecen aquellos que luchan con ahínco.  Luego la fe también se manifiesta con la actuación, porque si tenemos fe, vamos a luchar, vamos a esforzarnos, vamos a creer que haciendo lo que esté a nuestro alcance lo conseguerimos.

¿Tienes problemas? Ten fe, cree que la solusión vendrá, luego de la fe comienza a actuar guiado o basado en la misma fe, trabaja en ello, no te rindas antes de tiempo, busca ayuda, confiá en Dios pero no te quedes quieto esperando que del cielo bajen las cosas. Dios mira tu esfuerzo, Dios mira tu trabajo, tu decición, tu empeño y él premiará tu esfuerzo.

Ninguno de los seres humanos a los cuales Dios ha bendecido  o llamado han sido vagos, dejados o indecisos. Si te enteras un poco mejor, descubrirás que a la gran mayoría de personas que le ha sucedido un milagro o han sido bendecidas de manera especial, han sido personas luchadoras, con fuerza para seguir hasta las últimas consecuencias, con esperanzas de poder lograr lo que se han trazado como objetivo.

Jesús dijo: De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza,  diréis a este monte:  "Pásate de aquí allá",  y se pasará; y nada os será imposible. Mt. 17:20

Hasta ahora nadie ha visto que una montaña se mueva, pero hay millones de millones que han visto curarse una enfermedad, salvarse de un accidente, reunirse con sus seres queridos, volver a funcionar su matrimonio, salir de la cárcel un hijo, salir de las drogas a gente que no se pensaba que lo podía hacer, cambiar la forma de vivir de un de un delincuente, solucionarse infinidad de problemas. ¡Vamos a tener fe! ¡No perdamos la esperanza! Y si eres hijo o hija de Dios. No temas, el Señor está contigo, no desmayes porque tu fuerza y esperanza están en Él.

Técnicas para organizar nuestra vida

Si somos ordenados en nuestra vida cotidiana, seguro que iremos por buen camino hacia el éxito. Es importante que cuidemos y trabajemos sobre las áreas de nuestra vida, en las cuales necesitamos organizarnos. Las áreas que proponemos son:
a) Área espiritual
b) Área emocional
c) Área corporal
Área Espiritual. La mayoría de la veces, sea por desconocimiento o por nuestra propia desorganización, a ésta área la dejamos para el último de nuestra vida, o en muchos casos no le dedicamos absolutamente nada de tiempo, nada de interés y nada de nada a esta área. Comprendo que hay muchos escépticos, los cuales dicen que no hay o no creen esto del espíritu. Pero aunque no podamos pesar, medir o ver al espíritu, nosotros somos un espíritu que mora en un cuerpo material provisto de alma o vida emocional. Dios dejó su huella en nuestro cerebro y necesitamos creer en algo. Si reflexionamos un poco nos daremos cuenta de los millones y millones de gente en el mundo que creen en Dios, nadie lo ha visto pero arrasa con éxito a nivel mundial, no hay artista,  político, científico o cualquier otro ser que tenga más éxito de popularidad a través de la historia que Dios. Y el ser humano necesita comunicarse con ese Dios es una necesidad, que muchos no la quieren reconocer, pero en el fondo de su corazón hay un vacío el cual no puede ser llenado con nada sino con una comunión sincera con el Creador. Millones de personas a través de la historia han acudido a Dios en busca de paz en su angustia y han sido restaurados, hay millones y millones de testimonios hoy ayer y siempre a lo largo de la existencia humana. Ante tan abrumadora evidencia. ¿Qué necesitamos para creer? Es fundamental que toquemos y trabajemos nuestra área espiritual, es uno de los pilares básicos de la vida y de la felicidad.

Área emocional. Esta es otra parte importante que necesitamos estimular y desarrollar. Un desequilibrio emocional puede generar una persona demasiado sensible o una persona muy dura de sentimientos . Los sentimientos que tenemos hacia quienes amamos, debemos expresarlos. Por tanto abracemos a nuestras parejas, a nuestros hijos, digámosles, cuanto les queremos. acariciemos nuestras mascotas o cuidemos de unas plantas.

Otra forma de estimular nuestra área emocional es escuchar música, cantar, disfrutar de la naturaleza, hacer que nos den unos masajes. esto hace se produzcan endorfinas en nuestro organismo, o lo que los médicos las llaman las hormonas de la felicidad.

Área corporal.  Al igual que las áreas anteriores es indispensable que nuestro cuerpo se encuentre en óptimas condiciones para que pueda rendir en el trabajo diario. Cuidar de nuestro peso con una alimentación sana, un ejercicio físico adecuado, un descanso suficiente. Si nos  sentimos muy estresados,   una correcta relajación nos viene fenomenal.

Dentro del área corporal está nuestra mente a la cual debemos nutrirla de conocimiento y valores sanos. Una lectura de un buen libro es muy útil para que nuestra mente esté entrenada.

"El éxito no se logra solo con cualidades especiales. Es sobretodo un trabajo de método, de constancia y de organización" J:P: Sergent

"¿Qué es la felicidad, sino el desarrollo de nuestras facultades?"  Germaine de Staël

Organiza tu vida, serás más feliz

Organizarse no solo implica establecer un horario de actividades, ordenar nuestra habitación o más o menos llevar un control de lo que hacemos.

Verdaderamente si logramos organizarnos en todos los aspectos de nuestra vida, podremos liberarnos y llegar a independizarnos, vamos a conseguir un equilibrio en nuestra vida y podremos romper con las ataduras que nos impiden disfrutar nuestra vida con aquellos seres que amamos, con nuestra familia, con nuestros amigos. Vamos a poder hacer las cosas que nos gustan y nos vamos sentir que nosotros controlamos nuestro tiempo y no que él nos controle a nosotros.

Una persona organizada puede conseguir mucho más rápido sus objetivos y disfrutar de sus logros, sean éstos de carácter laboral, deportivo, social, familiar o económico.

Una persona organizada siente más seguridad en su vida y tiene más estabilidad emocional, que otra que es desorganizada que busca siempre lo que no encuentra.

Un padre y una madre organizados, tienen más  tiempo para cuidar de sus hijos  que unos padres que anden con mucha prisa a carreras de aquí para allá.

Un hombre organizado, tiene más oportunidad de ganar dinero, porque puede organizar sus fianzas, controlar sus gatos y establecer prioridades.

Todas estas y otras innumerables ventajas de una vida organizada harán que nosotros tengamos una vida más satisfactoria y por tanto más feliz. La felicidad, tan anhelada y buscada, hay que construirla sentando unas bases sólidas, buscar la felicidad no es cuestión del azar, la verdadera felicidad viene como fruto de nuestro trabajo y esfuerzo. Porque cuando hemos terminado una tarea que nos ha sido muy difícil de realizarla y hemos tardado mucho tiempo en conseguirla, y nos ha dado muchos dolores de cabeza, y sentíamos la necesidad de de terminarla. Sentimos en lo profundo de nuestro ser, ese indescriptible sentimiento tan buscado de satisfacción, de haber concluido una “proeza casi heráldica” que nos hace estar orgullosos de lo que podemos alcanzar.

Por tanto si queremos construir una felicidad duradera en el tiempo empecemos por organizar nuestra vida. Busquemos cuales son las causas de nuestra insatisfacción, anotemos en una libreta, para que estén presentes y comencemos, pero comencemos de verdad a tratar cada uno de los aspectos que hemos apuntado. Leí en un foro de alguien que decía que “ser feliz es casi un imposible” Pero si somos sinceros con nosotros mismos:

¿Cuántas veces nos hemos propuesto comenzar y terminar un curso de alguna materia, o especialidad, y no lo hemos hecho?

Asimismo, podemos afirmar: ¿Qué estamos haciendo por nuestra felicidad? Al igual que el dinero, la felicidad no aparece en la lluvia o en los árboles. Nos toca conseguir dinero y a veces  por qué no, la mayoría de veces  nos resulta complicado. Pues podríamos afirmar que somos infelices porque no trabajamos en esa área de nuestra vida, o estamos enfocados de distinta manera, o desconocemos  forma de actuar para lograr el objetivo. Pero esto no es nuestra culpa muchas veces. Hemos sido instruidos  formados y preparados para conseguir dinero a través de un “buen puesto de trabajo estable” o por medio algún negocio, o por medio de algún cargo público y toda nuestra atención ha estado enfocado en lo que nos inculcaron consciente o inconscientemente. Y algunos nos hemos enfrascado en el objetivo del dinero y ha estado en nuestra mente  solo ese objetivo, porque tal vez pensábamos que si llegáramos a tener mucho dinero tendríamos también la felicidad. Parece que dentro muy adentro, en lo profundo  de nosotros existe ese concepto asociado de dinero igual felicidad. O más dinero, más felicidad. Pero para muchos que habrán vivido ya algún tiempo y pasado por algunas etapas de la vida se dará cuenta que no es del todo cierto tal concepto. Para mi forma de ver la vida, el dinero es un parte importante de nuestra satisfacción, pero no lo es todo. Siempre nos falta algo.

Un día un hombre a quien más admiro sin haberle conocido físicamente, le dijo a una mujer de Samaria con la cual estaban dialogando sobre el agua de un pozo. “Quien bebiere de esta agua volverá a tener sed, mas aquél que bebiere del agua que yo le daré,  no tendrá sed jamás” el agua del pozo, representa a las cosas materiales que humanamente se pueden conseguir, dicho en otras palabras, el dinero. El agua de la que habla aquél varón es la parte que nos falta para alcanzar la verdadera felicidad.

¿Qué haríamos si no tuviéramos miedo?





Quitarse el miedo para ser feliz

El miedo es una emoción acompañada de un fuerte sentimiento desagradable provocado por una percepción de peligro. Es una emoción primaria que se manifiesta tanto en animales como en el ser humano, y como decíamos en el artículo anterior, si no fuera por esa cualidad no hubiéramos sobrevivido hasta este punto de nuestra vida. Pero claro, todos queremos sentir solo aquellas emociones que nos agradan, eso es lógico, porque cuando sentimos emociones agradables estamos a gusto, cambia nuestro modo de ver la vida y somos más felices. Ninguno de nosotros queremos sentir el miedo, pero él está ahí, y estará por mucho tiempo y nos trunca nuestro deseo de ser felices. Porque. ¿Quién no quiere ser feliz para siempre? Creo que todos queremos ser felices y tener un estatus cómodo y tranquilo.
Lamentablemente, la vida y todo lo que conocemos de la naturaleza se basa en ciclos, a veces está más arriba, a veces más abajo, como si fuera un gráfico de los movimientos de la bolsa de valores. Todo lo que vemos tiene muchas variables, la hierba que hoy está tierna, mañana está madura, luego está amarilla, luego otra vez verde. El clima pasa de frío a moderado, de moderado a caluroso, de caluroso a lluvioso, etc. Todo tiene un movimiento. Lo bueno y correcto es que este movimiento sea dentro de lo normal, es decir tiene que tener unos topes de máximo y mínimo.
¿Cómo saber si nuestros miedos se salen de lo normal?
El miedo raya la anormalidad cuando pasa de la reacción a una amenaza presente, a la ansiedad, al estrés y a la depresión. En una situación de este estilo, nuestro organismo sufre unos cambios muy evidentes: Nuestro corazón palpita con mucha más velocidad enviando más sangre de la debida a nuestras extremidades y al cerebro. Nuestras pupilas se dilatan y nuestras hormonas comienzan a secretar la conocida adrenalina, la noradrenalina y los corticoides. Este proceso impide la conexión normal de nuestras neuronas y esto hace que nos paralicemos. Esta es una poderosa razón para que nos interesemos en controlar nuestro miedo y ser más felices cada día. Porque cuando estamos llenos de ese miedo escénico, estamos bloqueados y no podemos tomar decisiones adecuadas, ni hacer las cosas que teníamos planeadas inclusive habiéndolas repasado previamente.
Un ejemplo claro lo tenemos cuando somos estudiantes y muchos de nuestros compañeros, o tal vez el caso de nosotros mismos. Habiendo estudiado y repasado muy bien la lección, llegamos al examen y nos entraba el pánico. En esta condición no éramos capaces de contestar preguntas que antes de la prueba las repetíamos muy bien, y los estudiantes de hoy tampoco, si entran en esta condición de fobia.
¿Podemos llegar a controlar nuestro miedo?
La respuesta es categóricamente, Sí. Y para ello necesitamos saber en dónde está el problema y eso ya lo sabemos, ¿verdad? Claro, en nuestra mente, esto lo sabemos bien y lo hemos leído y analizado. Nosotros somos capaces de crear e imaginarnos cosas cada momento, incansablemente, no paramos de imaginar. Poniendo el ejemplo del estudiante y su examen, diríamos que imagina que no va a aprobar su examen, que no valió el esfuerzo que hizo, se imagina que él no es capaz de hacer un examen bueno, que eso es solo para sus compañeros, o para los más empollones. Luego se imagina que al llegar a casa su padre le castigará con su desprecio, su hermana le mirará como inferior, sus amigos se burlarán de él, e imagina e imagina, e imagina. Luego pasa a la auto recriminación, se dice para sí que es un tonto, que no sirve para nada, que es un fracasado, etc. Y estos pensamientos van alimentando su fobia hasta llegar a la exageración. Y como lo creyó así, hay un noventa y cinco por ciento de probabilidades que suceda como él lo pensó.
¿Cómo curarnos de nuestro miedo?
Como sabemos que está en nuestra mente y allí se genera todo, el remedio está allí mismo, en nuestra mente. Según el médico especialista francés Christophe André, nos da unos consejos muy oportunos para quitarnos el miedo. Simplemente voy a tomar cuatro que los considero muy importantes.
1.- Desobedece a tu miedo. Vamos a imaginar que el miedo es hombre desconocido e intruso que viene sin ser invitado a nuestra casa y coge lo que le apetece, se quiere llevar nuestras cosas, se sienta en el salón y pone sus pies sobre la mesa y comienza a dar órdenes para que nosotros obedezcamos diligentemente y con gritos y amenazas, con groserías, etc.
Para esto ayuda mucho imaginar al intruso inferior a nosotros, es decir un papanatas y fanfarrón que no nos puede hacer frente y que nosotros fácilmente le podemos dar de puñetazos y vencerle. Sin embargo. Quiere mandarnos: ¡No hagas esto! ¡Vete a la cama! ¡Cásate con esta mujer! ¡Baja los ojos! ¡Compra este producto! Etc. Entonces si lo imaginamos como debilucho, es fácil que uno pueda desobedecerle.
Para ello vamos a empezar por cambiar nuestro lenguaje: En vez decir: Tengo miedo ir al cine, digamos: ¡No voy al cine porque no me gusta tal o cual película, pero iré cuando me guste tal o cual actor! Y hagámoslo. Me da miedo viajar en tren. ¡Voy a ir en tren porque las estadísticas muestran que es un medio de transporte muy seguro! ¡Y adelante con ello!
Vamos a declararle la guerra, desobedecerle y plantarle cara al miedo, especialmente comenzar por aquel que es exagerado. Valiente es aquel que con sus temores y fobias se enfrenta en la lucha.
2.- Modifica tu visión del mundo. Es necesario ver la vida desde otra perspectiva, analizar estadísticas, si ellas nos muestran que un viaje en avión es más seguro que un viaje en coche, pues ya está, tenemos la evidencia. ¿Porqué nuestro miedo a volar? Concienciarse que algún día dejaremos de existir por cualquier cosa y por más que nos cuidemos no vamos a salir vivos de este mundo. Muchas cosas que nos hemos imaginado y que nos han dado mucho miedo ni siquiera han sucedido. ¿Porqué creer que lo que nos da fobia hoy va a suceder?
Saber que el miedo ha sido y es utilizado por muchos grupos para dominar a las masas, y nosotros no queremos que nos manipulen con miedos.
3.- Aprende a relajarte y a meditar. Un buen libro de relajación no viene mal, nos enseña a controlar la respiración, destensar nuestros músculos que pueden estar muy contraídos.
La meditación es también muy útil, hay muchas frases de grandes pensadores que nos pueden ser de inspiración.
“Muchas cosas no nos atrevemos a emprenderlas, no porque sean difíciles en sí, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a emprenderlas” Séneca
En el perfecto amor no hay temor. Juan 4:18
“No caminéis con la cabeza baja; es necesario levantar los ojos para ver el camino” Robert de Lanmennais
4.- No dejes de intentarlo.- No nos rindamos, la vida es una lucha diaria, cada día es una nueva aventura, un nuevo reto, una nueva esperanza, lo que quedó atrás ya pasó. ¿Fuiste derribado ayer? No importa, hoy tienes otra oportunidad. Declárate un guerrero, un luchador, un heraldo, un rebelde, un vencedor. Piensa que la esclavitud consiste en tener un miedo exagerado al amo, lamerle las botas al opresor, obedecer sin reflexión e incondicionalmente al tirano. La esclavitud consiste en dejarse humillar, en perder tu dignidad, en perder tus derechos, tu personalidad y dejar que otro decidan por ti.
Tú no eres esclavo. Jesucristo dice: “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”
¡Levántate y pelea! Porque a lo mejor has perdido un combate pero no la guerra.
Cuando empieces a luchar por tu libertad, vas a encontrar una parte de la felicidad.

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El miedo, impide ser feliz

Todos sabemos y muchos hemos leído en libros de sicología o hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, que nuestros miedos y temores nos truncan el camino de la felicidad.  Dice Eduardo Punset, que el “miedo está reñido con la felicidad”. Y creo que tiene toda la razón.

En cualquier emprendimiento o actividad que nosotros nos propongamos, la presencia del miedo y la inseguridad, echará por tierra nuestra empresa. También dice la madre Teresa de Calcuta que “El obstáculo más grande que tenemos es el miedo”

Y parece mentira, pero el miedo es algo muy natural, que nos ayuda a preservar nuestra vida y está en nuestro subconsciente. Si no fuera por ese miedo no hubiéramos sobrevivido. Porque cuando se activa nos hace ser más cautelosos, andar con cuidado y prepararnos para defendernos de los ataques que podamos tener.

Pero aquí quiero hablar no de ese miedo sano y protector, sino de la exageración del miedo que se apodera de nuestra mente y llega a dominar nuestras emociones a tal punto de llegar a ser una paranoia e inclusive tenemos miedo a todo y miedo a ser felices, miedo a triunfar en los emprendimientos, miedo a escudriñar nuevos horizontes, miedo a leer nuevos libros, miedo a cambiar de trabajo, miedo a nuevas amistades, miedo a nuevas tecnologías, miedo a la innovación, miedo a mostrarnos al mundo y por ende miedo a existir como personas y quisiéramos pasar escondidos en una cueva donde nadie nos vea ni haya civilización, ni coches ni teléfono, ni aviones, ni edificios, ni fábricas, ni televisión, ni radio, ni un largo etc., etc., etc. Ese miedo es precisamente lo que trunca al hombre “moderno” para ser feliz.

He puesto entre comillas moderno porque a mi parecer el hombre que vive en la selva (No quiero decir que el de la selva sea antiguo) parece que es más feliz que  aquel que vive en la ciudad. Pues no tiene casi nada de estrés y sus temores son reales, no imaginarios como los nuestros.

Ahora, ¿Cómo vencer el miedo que me impide ser feliz?

Todos sabemos que el miedo no nos va a dejar, o no lo podemos eliminar por completo. Nadie en sus cabales puede decir que no tiene nada de miedo y el que lo diga, no se lo cree él mismo ni harto de vino. El miedo siempre va a estar ahí. Lo que tenemos es que desarrollar la habilidad de gestionar nuestro miedo. Gestionar es sinónimo de controlar, si queremos gestionar bien nuestros gastos es porque si no lo hacemos no llegamos a fin de mes, o podemos incurrir en unos desórdenes económicos que nos llevarán a la ruina. Lo mismo ocurre con nuestros miedos, si los dejamos que afloren sin control, vamos camino de la ruina en nuestra vida emocional y no podremos ser felices, con un sentimiento sostenible en el tiempo. Por tanto una vez reconocida nuestra necesidad vamos a empezar a ponerle cura, vamos a animarnos a resolver los conflictos al igual que los personajes del cuento del artículo anterior. Ante todo es de mucha ayuda saber que todo está en nuestra mente. Es una imaginación exagerada del “peligro” que nos viene. Si nos damos cuenta que ese peligro es hipotético, esto nos va a ayudar para controlar un poco el miedo.

Cada fracaso enseña al ser humano algo que necesitaba aprender.
No temas, que yo te he libertado;  yo te llamé por tu nombre, tú eres mío.

Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás,  las llamas no arderán en ti.

Pues yo soy tu Señor, tu salvador,  el Dios Santo de Israel.

Isa. 43: 1-3

 

Ser feliz aquí, y ahora

Aunque muchos han usado este cuento para escenificar algún problema, quisiera compartir con los lectores, la misma analogía para nuestros problemas del diario vivir. Con lo cual uno puede mejorar su predisposición para ser feliz.

CAPERUCITA, LA ABUELA Y EL LOBO DECIDEN PONER FIN A SUS  CONFLICTOS.

“Cansados de tanto desequilibrio, estos tres personajes deciden poner fin a sus problemas y solucionarlos definitivamente.

Tanto es así que caperucita prometió nunca más caminar por oscuros bosques y entretenerse con las flores y los pájaros, para no tentar a lobos que se esconden y devoran niñas.  La abuela decidió comprar un departamento en la ciudad donde habían vecinos, médicos, transporte y tiendas. Prometió nunca más dejar entrar a desconocidos en su casa para que no tenga que llevarse sorpresas desagradables. También contrató a una asistenta para que su nieta no tenga que andar largos caminos llevando comida y correr muchos peligros atravesando las bosques.

Por último el Lobo decidió que no era su oficio el meterse en camas ajenas usando disfraces para comerse niñas  extraviadas y devorar abuelas y engañar a la gente tratando de acomodar su ronca voz. Desde ahora quería ser él mismo. Sin disfraces. Cazar conejos, correr libremente por el bosque, aullar a todo pulmón anunciando su presencia en las lunas llenas y mantener unida  a su manada usando toda su valentía e inteligencia. Ser feliz con su misma realidad y dejarse de cuentos”

Según la OMS, para el año 2020 la angustia y la depresión serán la segunda causa de discapacidad en el mundo. La angustia y la depresión son todo lo contrario de la felicidad. Pero para curarnos necesitamos reconocer nuestro problema. Admitir que no somos felices con nuestra situación, que al igual que el lobo del cuento andamos disfrazados y en el fondo de nuestra alma existe un desconsuelo, una angustia que ahoga nuestro respirar.

Anhelamos cambiar, soñamos con despertar a un mundo mejor pero cuando vemos la realidad que nos rodea sentimos que la vida no tiene sentido. Odiamos a menudo lo que hacemos porque lo hacemos por obligación, hemos perdido el entusiasmo y la alegría.

Aunque vivir en realidad no cuesta tanto, estamos metidos en muchos compromisos y conflictos y éstos no nos dejan en paz, porque nunca imaginamos que nos pudieran derrumbar las cosas que en principio parecían que nos iban a dar felicidad.

Si tan solo pudiéramos quitarnos ese disfraz y reconocer con valentía que necesitamos ayuda. Pero nos da vergüenza decir lo que sentimos, tenemos miedo a cambiar, hay algo que nos impide y lo vamos postergando.

Es importante que arreglemos los problemas, no es necesario que los contemos a todo el mundo, pero sí que necesitamos afrontarlos con valentía y poner fin a esta situación que por cierto está minando nuestro yo interior.  Necesitamos tener el coraje de aceptar que nuestra felicidad y nuestros sueños no los hemos alcanzado, que algunas decisiones y compromisos que hemos adquirido han sido erróneos,  y que a lo mejor hay cosas que hemos hecho para satisfacer los deseos de los demás en manera desmedida y los sueños que teníamos cuando éramos más jóvenes han quedado pisoteados por el inclemente paso del tiempo que nos hemos tomado en postergarlos.  No hay alivio más grande que comenzar a ser lo que uno es.

"Una persona feliz no es una persona en determinadas circunstancias, sino una persona con determinadas actitudes." — Hugh Downs