Que interesante es el paso de un año a otro. Parece que en nuestro ser amanece otro día, la esperanza de un año mejor que el anterior nos hace pensar de manera positiva y cobramos nuevas energías para un año lleno de felicidad, porque eso es lo queremos para nosotros y eso es lo que deseamos para los demás. Sin embargo las tradicionales fiestas de celebración suelen convertirse en tragedias, por culpa de la ingesta desmedida del alcohol. Este hábito suele ser incontrolable para muchas personas que una vez iniciado el brindis empiezan a darle rienda suelta a su emoción de fiesta y no cesan hasta perder el juicio y cometer atrocidades con la familia, con los amigos, con los vecinos. O generan un accidente de tráfico o convierten la llegada de un Nuevo Año en un infierno desde el primer día.
¿Cuando tomaremos conciencia de que el ingerir alcohol en cantidades grandes e incontroladas solo nos trae desgracias, tragedias y desatinos? Y esto sucede a nivel mundial, pues la cantidad de fallecidos aumenta considerablemente los días de fiesta, y los divorcios y peleas entre familiares también tienen su dosis.
Estos hechos deberían hacernos considerar, que de nosotros depende mucho la felicidad en el Nuevo Año, es decir para que el Nuevo Año sea verdaderamente feliz. Del mismo modo que los gobernantes de turno que se pasan con sus discursos de buenos deseos, cuando en realidad nos tienen escondidos nuevos impuestos, nuevas subidas de servicios, nuevas trampas para quitarnos dinero del bolsillo. Pues son ellos los que pudieran hacer que el Nuevo Año sea más feliz para los ciudadanos, pero no con sus bonitas palabras, sino con los hechos.
Los que tenemos la fortuna de no perder el control ni en cuanto al alcohol, ni en cuanto a la fiesta, ni en cuanto a los exagerados deseos fofos. Esperamos la buena conducta de nuestros gobernantes y de nuestros conciudadanos para que tengamos un feliz Año dos mil once.
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría. Sal 90:12
La felicidad es un estado no una circunstancia. Se puede alcanzar mejor armonía con terapias naturales, sin drogas. Se puede vivir mejor con lo que Dios ha provisto en nuestra vida. Mejorar nuestra situación de vida conociendo nuestra parte espiritual. Arreglarnos el corazón. Vencer el miedo, la angustia y la depresión. Solo necesitamos proponernos y tomar acción.
Nuevo año Feliz 2011 Feliz
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Feliz año a todos los lectores, por mi parte este año lo único que deseo es paz, armonía, amor en mi hogar y la posibilidad de estar con quienes realmente quiero y no los he visto por muchos años.
ResponderEliminarA más de tener la oportunidad de dar a conocer al mundo un secreto de inifinito amor: Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él crea, tenga vida eterna...
Un abrazo... Feliz Año Nuevo...