Consejos para ser feliz en la vida


Todos hemos recibido consejos por parte de alguien, de manera especial los consejos vienen de nuestros padres, luego los de nuestros mayores y también los consejos de nuestros amigos.

La mayoría de consejos son buenos. Lo que pasa es que nos es muy difícil u olvidamos ponerlos en práctica. Sin embargo, cuando alguien nos aconseja estimulando nuestros deseos y si éstos son porqué no decirlo, para satisfacer algún sentimiento de venganza, hacemos y ponemos en práctica con mayor facilidad.
Me explico de otra manera, si me han ofendido mis compañeros de trabajo y cuento mi problema a mi amigo, éste me dice mira, Si te insultaron de ésta manera tu responde con la misma moneda, insúltales con más vehemencia para que vean y escuchen que no eres tonto, y puedan sentir lo que tu sentiste, para que sientan la humillación, la indignación, la impotencia y la ira que te hicieron sentir.
Según los buenos consejos aceptados por la sociedad racional, la de nuestros padres y mayores, basados en principios morales y éticos, valores que ha perdido nuestra sociedad actual. No es buen consejo pagar mal por mal.

La respuesta violenta solo produce más violencia. Eso está muy comprobado, porque así se inician las guerras, primero entre compañeros, luego entre familias, luego entre ciudades, luego entre países. Porque ninguno quiso ceder en un principio cuando la llama era pequeña,  entonces este fuego de ira y venganza fue tomando cuerpo, se hizo una gran bola de nieve que nadie la pudo parar y terminó arrasando lo que estaba a su paso.

Si miramos al pasado podemos observar, que muchos pleitos se iniciaron entre hermanos, entre grandes amigos, entre muy buenos compañeros, etc. Por citar uno de los más ejemplares, los israelitas y los árabes. Si vamos a sus orígenes ellos son hermanos hijos de un mismo padre. Cuando eran de la misma casa comieron juntos, jugaron entre ellos, compartieron muchas cosas que usualmente los hermanos compartimos. Ahora, podemos mirar en las noticias, cuanto odio se ha generado por una disputa y por dejarse llevar seguramente de malos consejos. Qué incendio más grande puede encender un pequeño fuego cuando no es apagado a tiempo.

¿Tienes enemigos en tu vida? ¿Te han ofendido y te han hecho daño? Acepta un buen consejo.  Perdona la ofensa que te ha causado, a lo mejor vas a iniciar una gran guerra entre tu familia y la suya. Intenta buscar su amistad. Intenta olvidar el daño y el dolor. Hay un Juez superior a los jueces de la tierra. Un juez que lo mira todo, intenta poner tu problema en conocimiento de este gran Juez. Quien te habla lo dice por su propia experiencia. Nunca he visto un justo sin respuesta ni quedar en sufrimiento.

No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bienel mal. Romanos 12:21

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La pareja y la felicidad

Estuve observando a una pareja de novios que pretendían consumar su boda en un futuro próximo y me ha parecido estupendo que se preparasen para el próximo estado civil. Esto en parte garantizará su futura relación porque en su preparación se tocan temas de los cuales sin ayuda no se tocan en el noviazgo. Normalmente se piensa que al formar un nuevo hogar vamos a ser felices como las parejas que hemos visto en la televisión a través de las telenovelas y egoístamente se piensa "Me caso para ser feliz" (Yo).  Cuando en realidad se debería pensar en hacer feliz a la persona amada, siempre con mucho equilibrio y en la medida de lo posible. Porque el que ama no es el que pide, es el que da. Si de verdad uno se casa por amor, tiene que estar dispuesto a dar. Tanto para el hombre como para la mujer. No sirve que solo el uno ame y que solo el uno ponga y dé todo de sí, porque cuando no hay reciprocidad, al final terminará agotándose la relación y se romperá como ocurre en la gran mayoría de los casos.

¿Cómo ser feliz en el matrimonio? Según estadísticas uno de cada dos matrimonios se disuelven en el mundo occidental. Un gran porcentaje de parejas no han formalizado su compromiso ante  la ley y miles de parejas afirman que no son felices en su matrimonio. Para analizar con mente fría la situación necesitamos entender que el amor verdadero requiere de mucho trabajo, compromiso y dedicación. No es tan fácil como nos venden en las novelas románticas. El amor verdadero no es un sentimiento ni una emoción aunque tienen algo de ello. Es una decisión firme y un compromiso serio. El amor en el hogar de una pareja, necesita mucho esfuerzo para mantenerlo a flote. Cuando por diferentes razones  se acaba la pasión y el sentimiento debe que dar el compromiso, que en realidad es el eslabón final que une la relación de matrimonio.

Por tanto la felicidad en el matrimonio necesita trabajo y dedicación. Lo contrario que se hace en la sociedad actual. Se trabaja mucho en la etapa de novios hasta conseguir la consumación de la boda, pero cuando ya se "goza" de la inscripción matrimonial, se empieza por descuidar la relación porque pensamos que ésta está asegurada.

El matrimonio consta  de dos partes, por lo mismo la felicidad en el matrimonio debe ser un esfuerzo de los dos.

Hace mucho tiempo los futuros padres y madres, no tenían información suficiente acerca de los problemas que se sobrevenían en el futuro de la pareja. nadie les daba cursos prematrimoniales, muchos se casaban y no tenían muebles, ni casa, y a veces ni un trabajo fijo. Pero la mayoría de estos matrimonios han durado hasta que la muerte los separó. Esto es porque además del amor eros, tenían un compromiso de responsabilidad, y luchaban por mantener el vínculo de la relación. Puedo asegurar que su felicidad en el matrimonio no era eufórica, pero tenían constancia en lo que hacían se sentían comprometidos con los hijos, con los padres, con la sociedad. El compromiso hace que uno tenga capacidad de aguante. Si pensamos egoístamente, lo que buscamos es nuestra felicidad y en cuanto vemos que las cosas no salen como lo habíamos pensado, abandonamos el barco. Y cuando fracasa esta empresa, fracasan nuestros hijos, fracasan nuestros padres, fracasa la familia entera y fracasa la  sociedad.

¿Quieres un consejo para ser feliz? Cuando uno lucha por un objetivo y logra comprometerse con ese objetivo, seguro que lo consigue y al final siente la satisfacción y la felicidad del trabajo bien hecho, con mucho esfuerzo pero con excelente resultado.

¿Estás casado? Comprométete con tu pareja, con tus hijos, con tu familia. Renueva tu compromiso con mayor anhelo e ilusión. Empieza de nuevo.

¿Estás de novio y piensas formalizar tu relación? Piensa siempre en el compromiso, comparte con tu pareja este blog.

El matrimonio puede ser un pedazo de cielo o uno del infierno, depende de nosotros.

No te rindas en tus emprendimientos, no desmayes en tus sueños. Mucho depende de ti. Si la otra parte no pone lo suyo, tu pon un poco más  y no busques vencer, sino convencer. Porque el que vence no gana la guerra sino el que convence.

Dios hizo a la mujer y se la presentó al hombre,   el cual, al verla, dijo: "¡Esta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar 'mujer', porque Dios la sacó del hombre."   Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegarán a ser como una sola persona. Gen 2:22-24

Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido. Mateo 19:6

Dios y la felicidad

¿Cuál es la voluntad de Dios?

¿Nos creó Dios para que seamos infelices o felices?

No hay nada más extraordinario que vivir poco e intensamente, a vivir tanto y suicidarse  lentamente, digo esto porque recuerdo que  el filósofo Herbert Spencer (1820-1903) decidió que en su tumba se grabara la palabra latina infelicissimus, que significa: profundamente infeliz. Aunque era un estudioso de la filosofía y un erudito en muchas cosas no había encontrado la felicidad debido a su ateísmo.  Vivimos en una corriente atea y humanista, la cual proclama que somos nosotros mismos sin necesidad de Dios los gestores de nuestro destino. Hemos desterrado a Dios de nuestras vidas. Pero ¿A dónde nos conduce esta forma de actuar? Por lo visto no a la felicidad. Según la OMS. La insatisfacción y la angustia son el 30% de la causa de baja laboral, en los países desarrollados. Y el número porcentual se incrementará en un 40% en los próximos 20 años. Esto nos demuestra que algo estamos haciendo mal. Casi que puedo asegurar que las cosas materiales, el estudio y el conocimiento, las amistades y los compañeros, los deportes y los muchos ejercicios, las mejores iglesias y los mejores templos, los grandes conceptos teológicos y las más nombradas religiones, las mejores lecturas y los mejores vídeos y las mejores tecnologías y todo lo habido y por haber que nos ofrezca la ciencia y este mundo pasajero, no nos llena el vacío que tenemos en lo profundo de nuestro corazón. Por eso vivimos con angustia e insatisfacción.

Nosotros los seres humanos somos la obra más grande que Dios haya hecho, y Él está interesado en el ser humano como tal. En el Universo existen cosas muy muy pequeñas como las partículas, las moléculas y los átomos y cosas muy grandes que escapan a nuestra imaginación como son los planetas, las estrellas, las galaxias, las constelaciones. Tanto en el microcosmos, como en el macrocosmos, nuestra mente todavía no es capaz de resolver con exactitud las magnitudes. Leí en un artículo que si comparamos lo más pequeño conocido o de lo que se tiene idea, con lo más grande conocido o de lo que se tiene también idea, El ser humano está en el término medio. Es decir que si pusiéramos juntos las cosas muy grandes y las muy pequeñas en una proporción, nosotros seríamos el promedio. No somos ni muy grandes, ni muy pequeños. Curiosamente, los hombres de ciencia siempre están interesados en el término medio. No interesa lo muy grande ni lo muy pequeño, no interesa lo más sobresaliente ni lo más irrisorio,  interesa el término medio,  o el promedio como ellos lo dicen. Dios también está interesado en el término medio, o sea en nosotros los humanos.  El señor no envió su hijo al mundo para salvar a las estrellas ni a los átomos, lo envió para salvar a los humanos. Dios amó tanto al mundo, que dio a su único hijo, para que todo aquel que cree en Él no muera, sino que tenga vida eterna.

Entonces. ¿Porqué no somos felices, si Dios quiere nuestra felicidad? Aquí hay algo que nosotros debemos hacer. Creer. ¿Y cómo debemos creer?. Porque preguntamos a mucha gente y dice que sí, que cree pero no consigue una autentica satisfacción en su vida.

Esto de creer parece fácil y a la ligera decimos que creemos un gran porcentaje. ¿Cómo es la verdadera fe o creencia que nos lleva  a la felicidad?

Quisiera poner el ejemplo de un niño y que nos imagináramos como cree. Si uno le dice al niño señalando a la luna. Eso es el sol. El niño lo cree sin rechistar. No lo duda ni un solo momento, para él eso es el sol. Si el niño va con su padre y tiene que pasar por un lugar oscuro no tiene miedo porque siente la mano y la voz de su padre que lo protege. Si tiene que pasar por al lado de un perro tampoco siente miedo porque cree que su padre le defenderá.

De la misma manera tenemos que creerle al Señor. Recalcando esto de creerle a Dios que creer en Dios. Porque hay una pequeña o grande diferencia entre creer en Dios y creerle a Dios .

El Señor dice: "No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí.   En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar.  Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar" Juan 14:6

"Si tienes que pasar por el agua,  yo estaré contigo,  si tienes que cruzar por los ríos, no te ahogarás;  si tienes que pasar por el fuego,  no te quemarás,  las llamas no arderán en ti.
Pues yo soy tu Señor, tu salvador" Isaías 43:3

¿Puedes creer esto? ¿Puedes creer con la misma fe de un un niño? ¿Puedes tener la certeza y la seguridad de que es verdad lo que Dios te dice?

Cuando yo creo esto soy valiente, ningún problema por grande que sea me hace temblar. Me siento como el niño del ejemplo. Protegido, seguro, lleno de fortaleza.  Por tanto muy feliz.

¿Tienes angustia e insatisfacción en tu vida? ¿Vives una vida de sufrimiento e inseguridad? ¿Sientes un vacío que no lo puedes llenar con nada? ¿Tienes una comodidad media económica pero sientes que todo aquello no te vale o no te satisface? ¿Haz logrado algunas metas y te ha pasado la alegría de lo logrado y ahora sientes que el trabajo es en vano?

Prueba a creer en Dios con todo tu corazón. Prueba a entregarle tu vida para que Él llene ese vacío que hay en tu vida. Cree en señor Jesucristo y será salvo tu y tu casa. Busca un sitio que te sientas cómodo y ora así en voz alta:

Señor Dios de los cielos. Tu enviaste a Jesús para salvarme. Creo en ti, aunque mi mente me diga que no, creo en ti a pesar de las dudas, creo en ti con todas mis fuerzas. Renuncio a mi incredulidad, renuncio a mi falta de fe. Ven, toma mi vida y mi corazón. Entra en mi alma, en mi mente y en mi espíritu y rompe toda mi amargura. Echa fuera la angustia que me atormenta. Llena de paz mi alma, hazme sentir gozo y alegría y  lléname de paz y felicidad. En el nombre de Jesús. Amén

Si has hecho la oración con sinceridad habrás sentido paz. Si tienes alguna pregunta hazla en los comentarios. Trataré de contestarte.

Recibe un ciber abrazo. Y no desmayes en buscar la felicidad verdadera.

Autoestima y felicidad

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es la percepción emocional que tenemos las personas sobre nosotros mismos, dicho en otras palabras, es la valoración que nos hacemos sobre lo que somos, lo que pensamos, lo que sabemos, lo que somos capaces.  Tener demasiada valoración de nosotros mismos es negativo, como tener muy poca valoración.

"Ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe." Esto está en escrito en Romanos 12:3. Lo que a la vez nos indica que debemos tener un nivel adecuado para la convivencia, tanto con los demás como con nuestra propia vida y problemas que tenemos que sortear.

Si nuestra autoestima es demasiada alta, nuestra actuación será negativa para con los demás. Pensaremos que valemos mucho, mucho,  más que nuestros compañeros de trabajo, que nuestros familiares,  que nuestros amigos y todos aquellos que nos rodean o se crucen en nuestro camino. Esta conducta es negativa e influye en nuestra felicidad, porque en nuestra equivocada percepción tenderemos a humillar a los demás, a pensar que solo nosotros tenemos la razón y que los razonamientos de nuestros semejantes son muy pobres comparados con los nuestros. Al final terminaremos con muchos enemigos y con un nivel de satisfacción deficiente.

Por contra, si nuestra autoestima es demasiada baja, tampoco tendremos un nivel agradable de satisfacción con respecto a nuestra felicidad. Nuestra conducta con respecto a los demás será pensar que no valemos lo suficiente como para merecer ciertas amistades, ciertos puestos de trabajo, cierta pareja. Consideraremos a los demás como muy superiores o con demasiada suerte, pensaremos de nosotros mismos que somos unos fracasados, que no deberíamos existir, que somos un error de la naturaleza o cosas similares.

Nuestra autoestima se forma desde que nacemos, está grabada en el inconsciente,  muy en lo profundo de nuestro ser. Es difícil de modificarla pero no es imposible. Nuestro diseñador nos ha dado capacidades para poder cambiar cosas que haya en nuestro ser. Y si tenemos una buena  relación con Dios nos es mucho más fácil modificar ciertos parámetros de nuestra vida que desearíamos cambiar. Esta relación hace que nuestra vida sea entendida desde otra perspectiva, mejorando considerablemente nuestra felicidad y nuestra satisfacción.

Nuestra vida  es el transcurrir de experiencias y eventos con los que entramos en contacto; un transitar entre ritmos y fluctuaciones; un ir y venir de flujos y reflujos. En este devenir de nuestro tiempo, podemos llegar a vivir momentos de alta autoestima  y momentos de baja autoestima.

Las relaciones sociales, generalmente están marcadas por cambios rápidos y frecuentes, y por una elevada competitividad , lo que nos obliga a permanentes readaptaciones. En estas  circunstancias, nuestro sentido de valoración personal y de confianza en las propias capacidades que tenemos pueden verse afectados y hacernos creer que vivimos a merced de los acontecimientos de un destino que lo tenemos marcado previamente. En esos momentos la confusión, la impotencia y la frustración producidas por no poder conseguir nuestros objetivos, nos lleva a dudar de nuestra capacidad, de nuestra fuerza  natural de restablecernos, y es entonces cuando optamos por crear y a veces sostener conductas autodestructivas, lejanas al bienestar generado por la autoestima, es decir, por la consciencia, el amor incondicional y la confianza en uno mismo. Los seres humanos, somos la única especie capaz de traicionar y actuar contra nuestros medios de supervivencia. En estado de desequilibrio, el ser humano opta por manejarse de formas diversas y nocivas para su propia vida.

Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio.  2Timt. 1:7

 

Despréndete del odio, puede destruir tu felicidad.

¿Alguna vez has sentido odio y aborrecimiento contra alguien? ¿Te ha invadido un sentimiento perverso y te ha quitado la paz?

Es increíble que este tipo de sentimientos negativos nos hagan mucho daño a nosotros mismos antes que a quienes creemos que que les afectará negativamente. Pareciera que al aborrecer a alguien la persona aborrecida lo pasará muy mal, pero aunque a la víctima le afecte esta situación, nosotros los generadores de este sentimiento también saldremos afectados. Normalmente cuando alguien nos ofende, reaccionamos con ira en nuestro interior. Esta ira hace que desprendamos mayor adrenalina y un aumento del ritmo cardíaco a la vez que nos crea un sentimiento de culpa y de fracaso, lo que puede desencadenar en una furia violenta o tendencias al suicidio. Esto de la ira muchas veces es inevitable, es una reacción muy violenta de nuestra personalidad, es parte de nuestra defensa del yo. Lo negativo es que partiendo de este incidente hagamos un nido de resentimientos en lo profundo de nuestro ser generando rencillas continuas y sentimientos de desprecio e indignación hacia la persona que nos ha hecho daño.

"Airaos pero no pequéis, no se ponga el sol sobre vuestro enojo". En otra versión dice: "Si se enojan no pequen, que el enojo no les dure todo el día" Esto nos da a entender que los enojos son el pan de cada día, pero nos aconseja  desechar el rencor. Que nuestra ira, o enojo, o resentimiento no nos dure todo el día. Pero nosotros, sea por desconocimiento o por falta de dominio propio, dejamos que un resentimiento que a lo mejor en principio es pequeño vaya tomando dimensiones suficientes para convertirse en bola de nieve y arrase con todo lo que se ponga por delante. Y cada vez que hablamos de aquella persona con quien hemos dejado madurar este sentimiento negativo, la ponemos en mal con los demás añadiendo más leña al fuego cada día, y poniendo en peligro nuestra paz y felicidad.

Controlar estos sentimientos negativos no es fácil, y cuando somos afectados por ellos perdemos la paz, y tenemos una vida insatisfecha, por tanto somos menos felices.

¿Cómo puedo desprenderme del odio?

Lo primero es no dejar que un sentimiento de rencor se agrave, si nos enfadamos con alguien que sea por un momento. Cuando somos niños nos enfadamos mucho, pero en cuanto pasa un rato ya estamos otra vez jugando con quien nos habíamos enfadado. Es decir soltamos el resentimiento al instante. No lo guardamos por días y días, pero con la edad, adquirimos la manía de guardar el resentimiento y esperamos el momento de la venganza, y cuando no hemos podido vengarnos, seguimos guardando y guardando. Esto es lo que hay que evitar en la medida de lo posible. Soltar ese sentimiento, pensar que fue un mal rato que lo dejamos pasar.

Si ya hemos guardado por mucho tiempo el rencor,  es necesario tomar una determinación firme. ¿Hasta cuando hemos de vivir con un resentimiento que  nos corrompe nuestra felicidad? ¿Porqué no dejarlo todo en el pasado como lo que es? ¡PASADO! Nada ni nadie puede modificar el pasado. Si vivimos en el pasado, este pasado nos condena, nos atormenta, nos paraliza, no nos permite avanzar. Olvidemos el pasado, vivamos el presente, este momento que estamos respirando, este momento que podemos disfrutar de la vida, este momento que podemos ser felices, este momento que podemos abrazar a quien amamos, que podemos besar a nuestra madre, a nuestros hijos, a nuestra pareja. Muchas cosas se pueden recuperar, pero el tiempo nunca lo recuperaremos. Hoy es el día que tenemos para vivir, y este día no se repetirá jamás. ¿Vamos a desperdiciarlo recordando un hecho negativo que amargue nuestra existencia? Acciones  negativas vamos a recibir todos los días, el éxito está no en saberlas guardar con resentimiento, sino en hacer que resbalen en tu vida, que no te afecten en el disfrute de las cosas maravillosas que tienes a tu alrededor. Dentro de todo lo que se dice malo, hay cosas que son una maravilla, tu salud, es una maravilla, tus miembros completos son una maravilla, tu cerebro es una maravilla,  en los tiempos que vivimos tu trabajo es una maravilla.  Te has puesto a pensar: ¿Cuántos quisieran tener la esposa, el coche, la casa, el trabajo, la salud, los muebles, los estudios, que tú tienes? Vamos a pensar en lo bueno que tenemos alrededor y como dice aquél: Cuando la vida te muestre algo porque amargarte o llorar, muéstrale mil cosas por las que reír y ser feliz.
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La fe mejora nuestra felicidad

Aunque los seres humanos educados, necesitamos ver primero para creer.

Digo educados porque hemos adquirido conocimientos con el paso de nuestra vida y nuestras propias experiencias.

Cuando uno pone en práctica ciertos métodos  de lo que implica tener fe, mejora sustancialmente su estado anímico y  emotivo,y siente una seguridad  personal increíble. Por tanto mejora nuestra felicidad.  Mucho hemos criticado esto de la fe y algunos nos hemos avergonzado en ocasiones de nuestra fe. Los que se dicen a sí mismos ateos, que creen solo en la ciencia, solo en lo comprobado y probado. Aunque digan y afirmen ser escépticos, también tiene fe. ¿Cómo que tengo fe? me dirá alguno. Y le respondo:  !Sí, tienes fe!

¡No, mi vida se basa en realidades, en hechos completamente evidentes y comprobados, que yo los haya visto! Me dirá.

Pues normalmente tenemos que creer lo que alguien nos dice aún sin haberlo visto. ¿Has visto tú personalmente un átomo? Seguro que la mayoría de nosotros no lo hemos visto más que en dibujos y creemos en lo que otros nos dicen que existe y como son muchos con cerebro educado, los que lo afirman pues nos creemos, y no tenemos la menor duda. Los ejemplos pueden multiplicarse exponencialmente. Para los que por experiencias propias, o por lo que nos ha contado mucha gente, o hemos visto en muchos artículos. Acerca de los beneficios de tener fe, nos es más convincente que tuviéramos mejores resultados  si aplicamos fe a nuestros emprendimientos, fe a nuestros sueños,  a nuestros anhelos, a nuestro trabajo, en nuestra familia, en nuestras relaciones humanas, en nuestros negocios y en nuestra felicidad, por supuesto.

"Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. " Hebreos 11:1

Según esta definicón si nosotros afirmamos que somos felices, a pesar de no verlo ni sentirlo, vamos a conseguir al final mejorar nuestra felicidad. Nuestra mente se activa con nuestras palabras, nuestras neuronas, se motivan a actuar de manera que uno se siente más feliz, más tranquilo, más apto, más dispuesto para ser feliz.

Ser feliz no implica no tener problemas nunca, implica tner capacidad para convivir con los problemas, mirarlos de una perspectiva más lógica y tranquila, con una mente clara. Un vez analizada la situación buscar una forma de solucionar los problemas y hacer lo que esté a nuestro alcance. Si hemos hecho lo que podíamos hacer, si hemos luchado por dar una solución adecuada, si hemos dado todo de no nosotros, debemos no sentirnos frustrados, sino satisfechos de nuestro trabajo.

¿El problema no se solusionó como queráimos?. Bueno hemos hecho nuestra parte. Cuando hemos dado todo de nosotros y no se ha solusionado un problema. Muchas veces ocurren milagros. Los escépticos dirán suerte, los creyentes, milagros. Da igual, para los que creemos en Dios es un milagro. Los milagors o la suerte no vienen a los que los quieren, sino a los que los merecen. Aunque algunos recibamos sin merecerlo. Pero según se puede ver, merecen aquellos que luchan con ahínco.  Luego la fe también se manifiesta con la actuación, porque si tenemos fe, vamos a luchar, vamos a esforzarnos, vamos a creer que haciendo lo que esté a nuestro alcance lo conseguerimos.

¿Tienes problemas? Ten fe, cree que la solusión vendrá, luego de la fe comienza a actuar guiado o basado en la misma fe, trabaja en ello, no te rindas antes de tiempo, busca ayuda, confiá en Dios pero no te quedes quieto esperando que del cielo bajen las cosas. Dios mira tu esfuerzo, Dios mira tu trabajo, tu decición, tu empeño y él premiará tu esfuerzo.

Ninguno de los seres humanos a los cuales Dios ha bendecido  o llamado han sido vagos, dejados o indecisos. Si te enteras un poco mejor, descubrirás que a la gran mayoría de personas que le ha sucedido un milagro o han sido bendecidas de manera especial, han sido personas luchadoras, con fuerza para seguir hasta las últimas consecuencias, con esperanzas de poder lograr lo que se han trazado como objetivo.

Jesús dijo: De cierto os digo que si tenéis fe como un grano de mostaza,  diréis a este monte:  "Pásate de aquí allá",  y se pasará; y nada os será imposible. Mt. 17:20

Hasta ahora nadie ha visto que una montaña se mueva, pero hay millones de millones que han visto curarse una enfermedad, salvarse de un accidente, reunirse con sus seres queridos, volver a funcionar su matrimonio, salir de la cárcel un hijo, salir de las drogas a gente que no se pensaba que lo podía hacer, cambiar la forma de vivir de un de un delincuente, solucionarse infinidad de problemas. ¡Vamos a tener fe! ¡No perdamos la esperanza! Y si eres hijo o hija de Dios. No temas, el Señor está contigo, no desmayes porque tu fuerza y esperanza están en Él.