La felicidad no solo depende de las circunstancias que te rodean, depende también y mucho de cómo te tomas esas circunstancias, dicho de otra manera. ¿Cómo te afectan los hechos que acontecen en tu vida?. Porque los sucesos vienen para cada uno y para todos en general, algunos buenos y otros no tan buenos. ¿Pero cómo nos lo tomamos? Para aclarar el asunto y vivir una vida feliz, necesitamos controlar nuestras emociones.
Cuando algo inesperado sucede, nosotros no razonamos, reaccionamos. Esta reacción es la que debemos evitar. Porque reaccionamos con una emoción y muchas de las veces con una emoción negativa, puede ser con ira o con ansiedad, con odio o exceso de compasión, con mucha preocupación o un que me importismo según sea el caso.
Lo ideal en estos casos es como siempre poner en marcha el tan repetido consejo: mantener la calma. Seguro que no pocos aquí dirán lo que pides es imposible. Nadie puede mantener la calma cuando le sobreviene un hecho que no se espera y que es además desagradable.
Y yo les digo, lo que pasa es que no estamos entrenados para ello. Entonces lo que tenemos que hacer es empezar a entrenarnos, especialmente a los que nos cuesta mantener la calma, digo nos cuesta, porque a quién escribe el artículo, también le cuesta. Por cierto, soy admirador de aquellos que nacieron con esa capacidad de mantener al calma más desarrollada. Porque he tenido que practicar y practicar y me ha costado conseguirlo y de hecho hay ocasiones que me cogen los hechos desprevenido y me descontrolo por segundos. Pero luego recuerdo el entrenamiento y vuelvo a tomar el control de la situación.
Es mencionable el hecho de que nos entrenamos para muchas cosas, entrenamos los músculos en un gimnasio para mantener el cuerpo en forma o para mejorar la salud, entrenamos el cerebro con ejercicios matemáticos para adquirir velocidad mental, nos preparamos para realizar un trabajo, o una misión, etc. ¿Porqué razón no entrenarnos para poder controlar nuestras emociones y tener una vida más tranquila y por tanto feliz?
Te encarezco que lo intentes. Puedes llevarte muchas y gratas soluciones a los problemas del diario vivir.
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