Todos podemos aprender cosas nuevas cada vez, tenemos la capacidad para hacerlo y es importante que lo hagamos para nuestro desarrollo. Si bien es cierto que de niños estamos más interesados en aprender cosas nuevas. Si ponemos un poco de nuestra parte, de adultos también lo podemos hacer. Una de las cosas que tal vez no hemos aprendido es a desarrollar nuestro optimismo. O sea la manera de enfocar los hechos que nos suceden desde una perspectiva positiva, tanto en el presente como lo que nos espera en el futuro. El positivismo es un sentimiento que nos dice que las cosas irán mejor. Mientras que su sentimiento contrario, el pesimismo, nos dice que las cosas van a ir de mal en peor.
Todos tenemos algo de sentimiento positivo y eso nos ayuda para que nos levantemos de los fracasos. Ese optimismo nos permite seguir adelante en la vida a pesar de que el panorama se nos presente negro. Muchos estudios han demostrado que hay una clara relación entre los estados de ánimo y la salud, los pesimistas enferman más y tienden a la depresión, los optimistas enferman menos, transmiten seguridad y confianza y aún en la vida les va mejor, porque piensan que los problemas se resolverán favorablemente.
Tips para desarrollar el optimismo:
Tomar lo positivo de los acontecimientos. Todas las cosas que suceden tienen algo de positivo y algo de negativo, nunca todo es negro o blanco. Hagamos todo lo posible para sacar lo bueno de lo “malo”
Evitar visualizar el futuro de forma negativa. Siempre miremos el futuro como positivo aunque nuestra tendencia sea lo contrario. Imaginémonos, que el problema lo hemos solucionado de la mejor manera. El positivismo no siempre viene en los genes pero podemos aprender a enfocarnos y mirar con fe de que todo va a ir mejor.
Cultivar la constancia, la paciencia y ser perseverantes. No es suficiente solo con pensar que todo irá mejor, sino tomar consciencia de que somos capaces de solucionar problemas con perseverancia.
Identificar nuestros objetivos. Si son grandes, hay que dividirlos en partes pequeñas para que sean más alcanzables. Trazar un plan y seguirlo paso a paso.
Aprendamos a identificar nuestros hábitos de pensamiento negativo hasta que seamos capaces de cambiarlos por pensamientos positivos. Algunos estudios han demostrado que el 70% de nuestro dialogo interno es negativo.
Cuando tengamos mucho pesimismo y estemos muy negativos y no podamos con nuestro ánimo. Hagamos este ejercicio que durará unos minutos solamente:
Respiramos lenta y profundamente llenando primero el estómago, luego los pulmones y las clavículas. Cuando ya no podamos retener más aire nos detenemos un instante y lo dejamos que salga con naturalidad. Repetir esta respiración varias veces lo más lenta y profunda posible, hasta que sintamos que nos vuelve la calma y nos encontremos más relajados.
No caigas en el error de decir que no tienes tiempo, aunque no estés mal este momento prueba un solo minuto y verás cómo te sientes mucho mejor.
Feliz aprendizaje.
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