Los tres amores y la felicidad

Tres son las palabras griegas para definir amor: eros, filos y ágape.
Leyendo un poema “Ser Feliz” de Atenea Sheresada, así es su seudónimo, y algunos escritos sobre el amor eros, parecería que en este tipo de amor se encuentra la felicidad. Según su poema, buscaba la verdadera vida en las filosofías y encontró un vacío interno hasta que apareció  su amado, quien llenó ese vacío con su rostro y su compañía.
“Un día sin inspiración,
insípido como la sopa sin sal,
tu faz inundó mi mundo nada parecía igual.
Tu ingrata sonrisa, la mirada non preciosa.
Cosa más maravillosa,
todo cobró sentido,
la vida aparecía ante mí.
Tu compañía absurda,
tu mutismo ilimitado,
eso me había faltado.
Tú tan diferente, tan a mi contrario y eres lo que necesito para ser feliz…. ”
Reza una parte del poema.
Muchos poemas se han escrito sobre el amor eros y muchos nombrados poetas lo han magnificado. García Lorca, Pablo Neruda, Jorge Carrera Andrade, Antonio Machado, Gustavo Adolfo Bécquer, José Martí, Rubén Darío, Gonzalo Rojas, por nombrar algunos de entre cientos o quizá miles, o tal vez millones que no han salido a la luz.
Para desdicha o  fortuna, los seres humanos somos bien distintos unos de otros  y somos felices con distintas cosas y distintas circunstancias, pero según éstos poemas y las mentes de personas enamoradas, ser feliz se limitaría simplemente a tener pareja. Uno de los poemas que más escenifica esta idea es este:
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin ti quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura
.   Federico García Lorca  (1898-1936)
Desde luego el arte de la poesía nos transporta a otra dimensión y estos poemas de amor eros cuando son inspirados en la etapa del enamoramiento, calan muy hondo en el sentimiento humano y despiertan emociones que pueden ser incontrolables hasta la locura como dice García Lorca. Estas emociones fuertes del ser humano han dado lugar a trágicos finales. Muchos se han suicidado o han asesinado a su pareja llevados por las emociones. Y muchísimas parejas que empezaron un romance bello terminan en un amargo divorcio. Lo cual prueba hasta la saciedad que una felicidad duradera no está en la emoción y la pasión del enamoramiento.
El amor que nos propone Dios es un amor de compromiso, un amor que está siempre dispuesto a dar sin esperar la reciprocidad. Este tipo de amor es muy difícil de construir, cuesta mucho sacrificio, hay que luchar muy duro para mantenerlo. Casi se parece al amor de una madre por su hijo, o sea el amor filos, o filial. Algunos hemos sido testigos de ese amor. El hijo está en la cárcel por vender drogas, o por robar, o por haber matado a alguien. Sin embargo la madre le dice al juez. “Mi hijo es bueno, es inocente, son las malas amistades, solo es un chico que no quiere hacer daño a nadie” Y aunque el hijo se avergüence de ella, y muchas veces la rechace, ella, no se rinde.
Esto no se puede entender con palabras. El amor de Dios, o el amor ágape, tampoco se puede comprender con facilidad, pero si llegáramos a sentir solo un poco de ese amor,  seríamos transformados y ya nada nos importaría más que esa relación donde se encuentra la verdadera vida y la felicidad. También se han escrito poemas al amor filial y al amor ágape muy pocos, será porque no lo comprendemos muy bien. Citamos uno del amor ágape:
“si fuera tinta todo el mar, y todo el cielo un gran papel.
Y cada hombre un escritor y cada hoja un pincel.
Nunca podrían describir el grande amor de Dios
Que al hombre pudo redimir de su pecado atroz”   Frederick Lehman, en 1917

Tener amor (ágape) es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad.
Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.
El amor jamás dejará de existir.  1Co 13: 4-8  

1 comentario:

  1. Me ha encantado este artículo sobre el amor, creo que el amor mueve al mundo, sin amor nada sale bien, por amor estamos en esta vida para seguir haciendo del planeta un mundo mejor para las futuras generaciones!!!
    Ely Flores

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