Características de la gente feliz

gente feliz
La gente feliz se ha ganado la mala fama de ser asociada a personas con escasa capacidad intelectual. Dicho de otra manera, se dice que mientras más ignorante eres también eres más feliz. Esto lo ha desmentido una prestigiosa abogada que se convirtió en escritora e investigadora sobre teorías acerca de la felicidad, Gretchen Rubin al analizar varios estudios que confirman que inteligencia y ser felices son condiciones totalmente independientes.

Cuando conocemos una persona feliz, nos parece que no vive el la realidad y que su mundo es un mundo distinto. De ahí la reacción de nuestro subconsciente a pensar que la gente feliz es molesta y estúpida. Pero esta reacción es producto de nuestra propia insatisfacción, es decir de nuestra infelicidad. Según Gretchen Rubin. "La mayoría de la gente encuentra a las personas felices mucho más agradables que las menos felices. Y agrega que las personas que van con una sonrisa y buena disposición por la vida, se las ve como más amables, cálidas, menos egoístas e incluso más atractivas físicamente. Las personas felices tienen más amigos y más apoyo social que las menos felices. En cuanto al matrimonio, les es más fácil obtenerlo, permanecer en él, y se sienten más satisfechos. Los estudios analizados muestran que incluso una sonrisa artificial, inducida, trae emociones más felices, y un experimento reciente sugiere que las personas que usan botox son menos propensas a la ira, porque no pueden hacer los gestos de enojo"

Estas características me recuerdan mucho a dos compañeros de viaje cuando todo se les venía en contra. Se les había dañado el vehículo y no había manera de arreglarlo para continuar, además el clima no les era favorable, pues llovía de forma persistente. Mientras el uno se empeñaba en verlo todo negro el otro comenzó a dar gracias a Dios. El primero insultaba, blasfemaba, maldecía su propia vida, la de sus antepasados  y la de los demás acompañantes. El segundo Hacía todo lo posible por encontrar  una solución y una sonrisa se dibujaba en su rostro pensando en su interior que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios. Al mirar su sonrisa el furibundo compañero irrumpió en cólera pensando que éste se reía de él y comenzó a agredirle verbalmente con abundante vocabulario soez, entre lo cual decía que su compañero era estúpido, falto de realidad, iluso y despreciable, acompañando con epítetos característicos de la gente de su calaña.  
En este pequeño e ilustrativo pasaje encontramos la diferencia entre gente feliz y gente insatisfecha llena de dolor y amargura. Una de las enseñanzas del Maestro de los maestros, dice: "Si el árbol es bueno, dará buen fruto; si el árbol es malo, dará mal fruto; pues el árbol se conoce por su fruto. ¿Cómo pueden decir cosas buenas, si ustedes mismos son malos? De lo que abunda en el corazón, habla la boca El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en él, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en él.  Y yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado.   Pues por tus propias palabras serás juzgado, y declarado inocente o culpable." 
Impresiona esto de: de la abundancia del corazón habla la boca. Cuando se nos va la lengua y maldecimos  nuestra condición, o maldecimos a nuestros semejantes, sería bueno auscultarnos a nosotros mismos en lo profundo de nuestro ser. ¿Qué abunda allí? ¿Qué hay en nuestro interior? ¿Quién gobierna esas emociones? Muchas cosas que decimos las decimos sin pensarlas y cuando las hemos dicho ya hemos causado daño. Pero además de causar daño a nuestro prójimo, también nos hacemos daño a nosotros mismos. En primera instancia nos sentimos miserables por nuestra conducta y nos quitamos felicidad al perder la paz. Y en segundo lugar añadimos más desgracias al diario vivir porque según los estudiosos de la ley de atracción, atraemos a nosotros esas maledicencias, esa amargura, ese resentimiento y ese dolor acumulado, y nuestra vida empeora en vez de mejorar. Algo que confirma la escritura bíblica al decir que lo que sale de la boca del hombre es lo que contamina al hombre. Dicho de otra manera si confesamos con nuestra boca que nos somos gente infeliz o que somos desgraciados, seguiremos siendo infelices y desgraciados, si decimos con nuestros labios que somos pobres y miserables, seguiremos siendo pobres y miserables, y así sucesivamente.
No hay gente más feliz como aquella que siempre confiesa felicidad, aunque las circunstancias sean adversas y aunque todos se opongan a sus creencias. Hay muchos ejemplos de esto y si observamos a las personas con detenimiento comprobaremos que es así.
Por eso para este Nuevo Año, en el que hacemos tantos nuevos propósitos os invito a añadir una tarea más en la lista: practicar la sonrisa, practicar decir cosas buenas de nuestros compañeros, de nuestros familiares, practicar agradecer a Dios por las cosas que pasan aunque no sean de nuestro agrado, agradecer a Dios  por nuestro trabajo, por nuestro jefe, por nuestra esposa, por nuestros hijos. Los de la Ley de Atracción dicen que agradecen al Universo, pero el Universo es materia, igual que una piedra o una montaña o un árbol. Es preferible agradecer al que hizo el Universo.  


Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría.  Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos.  No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. 
No se emborrachen, pues eso lleva al desenfreno; al contrario,llénense del Espíritu Santo. 
Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor. 
Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en elnombre de nuestro Señor Jesucristo. Efesios 5: 15-20

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