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Nacer de nuevo para ser feliz

La relación con nuestros semejantes cada día se pone más difícil. Siendo una realidad que nos necesitamos unos a otros, sin embargo no sabemos gestionar estas relaciones lo que nos impide ser felices y saber amar, en el estricto sentido de las palabras, amor fraterno. Algunos de nosotros esperamos que nuestras amistades o familiares, rellenen el vacío interno, el dolor y el sufrimiento, que no podemos gestionar. Queremos que nuestra pareja, nuestros amigos, o nuestros hijos, sean quienes produzcan un cambio en en esos sentimientos ocultos, y lleguemos por este método al estado perfecto de felicidad y amor.
Lamentablemente, si no  tomamos consciencia de que somos nosotros mismos quienes debemos crecer, madurar y tomar entera responsabilidad de nuestras vidas. No aprenderemos a gestionar nuestra vida interior al pretender que nuestras relaciones humanas hagan el cambio que necesitamos. Hemos sido testigos de que la buena gestión de nuestra vida por nosotros mismos o con la influencia de nuestros semejantes no da un resultado satisfactorio. Sabemos que necesitamos un verdadero cambio en nuestro interior, que es desde donde tenemos que empezar.
Una noche, un judío de nombre Nicodemo se acercó a Jesús y se produjo el siguiente diálogo:

"Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él. Jesús le dijo:
Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 
 Nicodemo le preguntó:
¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer? 
Jesús le contestó:
Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.  Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu.  
Según estas palabras de Jesús, para que se produzca un cambio verdadero y duradero. Para que podamos ser capaces de gestionar correctamente nuestra vida es necesario nacer de nuevo, solo así el ser humano puede ser feliz y puede amar en cualquier circunstancia externa, porque el cambio se ha producido en su interior. Este nuevo nacimiento lo experimentaron y lo siguen experimentando todos los seguidores de  Él. Por este motivo en otro pasaje dijo: El que cree en mi, de su interior correrán como ríos de agua viva y Pablo en la carta a los corintios les dice que todo aquel que está en Cristo es nueva criatura, que las cosas viejas han pasado y que todas han venido a ser hechas nuevas. Pero para nacer de nuevo también hay que morir primero, no en el sentido físico, sino en lo profundo de nuestro ser donde mora el ego que nos impide amar y ser felices porque está viciado conforme a los deseos engañosos de este mundo, esta es la naturaleza humana, llena de defectos y errores, que nos arrastra hacia la infelicidad y el descontento perpetuo.
Tener el valor de enfrentarnos a esta muerte y a  un nuevo nacimiento es el reto que Jesús nos ha puesto, solo así podremos  amar de verdad a nuestro prójimo, no esperando que ellos cambien nuestra vida miserable, sino llevando una luz de amor en las tinieblas del odio, del dolor, de la injusticia, de la envidia, de la venganza y de la sombra de muerte que nubla el entendimiento de quienes siguen empecinados en su propio razonamiento. 
 Aquella luz verdadera que alumbra a todo hombre venía a este mundo.
 En el mundo estaba,   y el mundo fue hecho por medio de él;  pero el mundo no lo conoció.
A lo suyo vino,  pero los suyos no lo recibieron.
Mas a todos los que lo recibieron,   a quienes creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
Estos no nacieron de sangre,   ni por voluntad de carne,  ni por voluntad de varón,  sino de Dios. Juan 1:9-13




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Características de la gente feliz

gente feliz
La gente feliz se ha ganado la mala fama de ser asociada a personas con escasa capacidad intelectual. Dicho de otra manera, se dice que mientras más ignorante eres también eres más feliz. Esto lo ha desmentido una prestigiosa abogada que se convirtió en escritora e investigadora sobre teorías acerca de la felicidad, Gretchen Rubin al analizar varios estudios que confirman que inteligencia y ser felices son condiciones totalmente independientes.

Cuando conocemos una persona feliz, nos parece que no vive el la realidad y que su mundo es un mundo distinto. De ahí la reacción de nuestro subconsciente a pensar que la gente feliz es molesta y estúpida. Pero esta reacción es producto de nuestra propia insatisfacción, es decir de nuestra infelicidad. Según Gretchen Rubin. "La mayoría de la gente encuentra a las personas felices mucho más agradables que las menos felices. Y agrega que las personas que van con una sonrisa y buena disposición por la vida, se las ve como más amables, cálidas, menos egoístas e incluso más atractivas físicamente. Las personas felices tienen más amigos y más apoyo social que las menos felices. En cuanto al matrimonio, les es más fácil obtenerlo, permanecer en él, y se sienten más satisfechos. Los estudios analizados muestran que incluso una sonrisa artificial, inducida, trae emociones más felices, y un experimento reciente sugiere que las personas que usan botox son menos propensas a la ira, porque no pueden hacer los gestos de enojo"

Estas características me recuerdan mucho a dos compañeros de viaje cuando todo se les venía en contra. Se les había dañado el vehículo y no había manera de arreglarlo para continuar, además el clima no les era favorable, pues llovía de forma persistente. Mientras el uno se empeñaba en verlo todo negro el otro comenzó a dar gracias a Dios. El primero insultaba, blasfemaba, maldecía su propia vida, la de sus antepasados  y la de los demás acompañantes. El segundo Hacía todo lo posible por encontrar  una solución y una sonrisa se dibujaba en su rostro pensando en su interior que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios. Al mirar su sonrisa el furibundo compañero irrumpió en cólera pensando que éste se reía de él y comenzó a agredirle verbalmente con abundante vocabulario soez, entre lo cual decía que su compañero era estúpido, falto de realidad, iluso y despreciable, acompañando con epítetos característicos de la gente de su calaña.  
En este pequeño e ilustrativo pasaje encontramos la diferencia entre gente feliz y gente insatisfecha llena de dolor y amargura. Una de las enseñanzas del Maestro de los maestros, dice: "Si el árbol es bueno, dará buen fruto; si el árbol es malo, dará mal fruto; pues el árbol se conoce por su fruto. ¿Cómo pueden decir cosas buenas, si ustedes mismos son malos? De lo que abunda en el corazón, habla la boca El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en él, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en él.  Y yo les digo que en el día del juicio todos tendrán que dar cuenta de cualquier palabra inútil que hayan pronunciado.   Pues por tus propias palabras serás juzgado, y declarado inocente o culpable." 
Impresiona esto de: de la abundancia del corazón habla la boca. Cuando se nos va la lengua y maldecimos  nuestra condición, o maldecimos a nuestros semejantes, sería bueno auscultarnos a nosotros mismos en lo profundo de nuestro ser. ¿Qué abunda allí? ¿Qué hay en nuestro interior? ¿Quién gobierna esas emociones? Muchas cosas que decimos las decimos sin pensarlas y cuando las hemos dicho ya hemos causado daño. Pero además de causar daño a nuestro prójimo, también nos hacemos daño a nosotros mismos. En primera instancia nos sentimos miserables por nuestra conducta y nos quitamos felicidad al perder la paz. Y en segundo lugar añadimos más desgracias al diario vivir porque según los estudiosos de la ley de atracción, atraemos a nosotros esas maledicencias, esa amargura, ese resentimiento y ese dolor acumulado, y nuestra vida empeora en vez de mejorar. Algo que confirma la escritura bíblica al decir que lo que sale de la boca del hombre es lo que contamina al hombre. Dicho de otra manera si confesamos con nuestra boca que nos somos gente infeliz o que somos desgraciados, seguiremos siendo infelices y desgraciados, si decimos con nuestros labios que somos pobres y miserables, seguiremos siendo pobres y miserables, y así sucesivamente.
No hay gente más feliz como aquella que siempre confiesa felicidad, aunque las circunstancias sean adversas y aunque todos se opongan a sus creencias. Hay muchos ejemplos de esto y si observamos a las personas con detenimiento comprobaremos que es así.
Por eso para este Nuevo Año, en el que hacemos tantos nuevos propósitos os invito a añadir una tarea más en la lista: practicar la sonrisa, practicar decir cosas buenas de nuestros compañeros, de nuestros familiares, practicar agradecer a Dios por las cosas que pasan aunque no sean de nuestro agrado, agradecer a Dios  por nuestro trabajo, por nuestro jefe, por nuestra esposa, por nuestros hijos. Los de la Ley de Atracción dicen que agradecen al Universo, pero el Universo es materia, igual que una piedra o una montaña o un árbol. Es preferible agradecer al que hizo el Universo.  


Por lo tanto, cuiden mucho su comportamiento. No vivan neciamente, sino con sabiduría.  Aprovechen bien este momento decisivo, porque los días son malos.  No actúen tontamente; procuren entender cuál es la voluntad del Señor. 
No se emborrachen, pues eso lleva al desenfreno; al contrario,llénense del Espíritu Santo. 
Háblense unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y canten y alaben de todo corazón al Señor. 
Den siempre gracias a Dios el Padre por todas las cosas, en elnombre de nuestro Señor Jesucristo. Efesios 5: 15-20

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Como Ser Feliz en 2012

Ser feliz en 2012
Por increíble que parezca, las fiestas de Navidad o Año Nuevo, son las fiestas con más deseos de felicidad por parte de nuestros amigos y familia. Pero paradógicamente y según estadísticas,  son  fechas en las que la gente en vez de ser feliz,  más se deprime.
Muchos recuerdan los tiempos pasados cuando eran más felices, recuerdos de la infancia, recuerdos de sus padres o hermanos, recuerdos en compañía de sus esposos o madres, personas que ahora no están a su lado y se llenan de dolor y tristeza, cosa que les impide ser feliz. 
También induce a la depresión  la avalancha de mensajes de felicidad por todos los medios, parece que nos dicen que tenemos la obligación de ser feliz en estas fechas, o que las compras que hagamos nos permiten la felicidad. Nada más falso ya que como bien sabemos conseguir ese estado de felicidad con una presión agobiante es casi imposible.
Sin embargo algo podemos hacer por nuestra paz interior y evitar el bombardeo comercial, el ruido estridente de las fiestas, y la depresión que nos pueden traer los recuerdos.
Debemos saber y meternos siempre en la cabeza que no necesitamos estímulos externos para ser felices. Es decir las muchas compras, los muchos regalos, las muchas horas de farra, las libaciones, y tantas cosas que inventamos para alegrarnos. No  traen felicidad y paz duraderas. Porque quienes gozan de estos estímulos, se sienten muy tristes y deprimidos cuando el estímulo ha pasado. Esto es como quien toma drogas para sentirse contento, pero todo aquel que ha tomado drogas sabe que después de la subida viene la bajada y la situación empeora cuando la droga ya no está disponible. Así, luego de las abundantes comparas viene el arrepentimiento de la compra compulsiva, luego de la borrachera viene el llanto desconsolado,  luego de los desórdenes sexuales vienen las consecuencias nefastas, luego de un casamiento romántico viene un divorcio insufrible. En toda cosa que hace el ser humano buscando ser feliz, con el tiempo se da cuenta que allí no estaba la felicidad.   
Para ser feliz, el ser humano necesita llenar su vacío espiritual, cuando ese vacío no es satisfecho, andamos buscando de mar a mar y de puerto en puerto algo con que llenarnos y no nos llenamos porque buscamos en el sitio equivocado. Lo buscamos en nuestro propio razonamiento, en filosofías huecas, en los deportes,  en el trabajo, en el dinero, en el compañero o compañera ideal, en las posiciones sociales, en los títulos, en los merecimientos, en el reconocimiento, en los aplausos, en la ciencia, en el estudio. Algunas de estas cosas duran más, otras menos, pero ninguna llena completamente el vacío de infelicidad que existe en el fondo del corazón.
Necesitamos ir a la fuente de la felicidad, a la fuente de agua viva, a Jesús de Nazareth, quien dijo:  Si alguno tiene sed,  venga a mí y beba. El que cree en mí,  como dice la Escritura,  de su interior correrán ríos de agua viva. Yo soy el pan de vida;  el que a mí viene,  nunca tendrá hambre;  y el que en mí cree,  no tendrá sed jamás.
Cuando él dijo estas palabras lo dijo con voz fuerte, con toda su potencia, en el día más importante de la fiesta judía. Los policías tenían órdenes de arrestarlo pero no lo hicieron, y cuando sus jefes les reclamaron por su desobediencia, ellos dijeron: !Jamás hombre alguno ha dicho estas cosas¡
Pues sí. Ni Mahoma,  ni Confucio, ni Buda,  ni Napoleón,  ni Gandhi, ni Luther King,  Ni ninguno de los grandes hombres de la historia, ha dicho las cosas que Yeshúa ha dicho. O Yeshúa, estaba loco o decía la verdad. Los que hemos optado por creer que decía la verdad, hemos experimentado que todos los placeres que ofrecen las cosas donde el ser humano busca ser feliz,  no tienen punto de comparación con los ríos de agua viva que corren desde nuestro interior. No necesitamos estímulos exógenos para ser felices, tenemos paz interior duradera, tenemos paz para con Dios y estamos contentos con nosotros mismos. La felicidad del que tiene a Yeshúa en su corazón está en su interior y no depende de las circunstancias.
2012 y los años venideros serán años espléndidos para ser feliz, si en tu corazón recibes a Jesús de Nazareth.

He aquí,  yo estoy a la puerta y llamo;  si alguno oye mi voz y abre la puerta,  entraré a él,  y cenaré con él,  y él conmigo. Al que venciere,  le daré que se siente conmigo en mi trono,  así como yo he vencido,  y me he sentado con mi Padre en su trono.

Jesús le contestó:
Todos los que beben de esta agua, (de los placeres del mundo) volverán a tener sed; 
 pero el que beba del agua que yo le daré, nunca volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré se convertirá en él en manantial de agua que brotará dándole vida eterna. 



El propósito de nuestra vida, ser feliz

Consejos para ser feliz
Leyendo algunas entrevistas, se puede decir que llama la atención las respuestas de personajes famosos como la de Andrés  Iniesta, cuando le preguntan:
¿Qué opina de las broncas que recibe Cristiano Ronaldo  lejos del Bernabéu? A diferencia de él, a usted lo aclaman en casi todos los estadios.
Su respuesta es  realmente es cautivadora:
“Lo que piense u opine la gente no tengo nada que decir. Para mí Cristiano es un gran jugador, uno de los mejores del mundo. No juego para ser el número uno. No juego para demostrar nada. Juego para otra cosa, para ser feliz yo mismo.”
Quisiera recalcar las palabras “para ser feliz yo mismo” Esta frase debería calar hondo en los que tenemos el privilegio de leer esta respuesta de un profesional. No hay duda que este señor ha encontrado su vocación, ha encontrado el  propósito de su existencia en este mundo, él nació para eso, para ser feliz con su trabajo y hacer feliz a la gente que disfruta de su juego.
Todos te
nemos un propósito en la vida, nosotros no estamos por casualidad en este mundo.
Cuando una persona encuentra el propósito en su vida, o sea, descubre para que ha nacido. Levanta pasiones con su actividad, es admirado por tantos seguidores, es feliz haciendo lo que hace y el éxito lo tiene seguro.
Todos deberíamos enfocarnos en descubrir el propósito por el cual estamos aquí y cuando lo tengamos claro seguir ese camino que nos dicta el corazón.
La depresión, la angustia, la inconformidad con la vida y todo el estrés de la sociedad moderna se debe justamente a que no ha encontrado la razón de su existencia. Mucha de la culpa la tiene la pobre educación que recibimos en los centros de enseñanza, donde nos enseñan que no somos más que un grupo de átomos que se unieron por casualidad, producto de una explosión de la materia, dejando de lado a Dios y a sus enseñanzas.

¿Has descubierto cuál es la razón de tu vida, o tu vida no tiene razón?
Tú tienes un propósito en la vida, tú naciste para algo, ese algo, está escrito en tus genes, tus genes son el libro de Dios por eso dice David en el salmo 139:
"Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo;  tú me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy maravillado,  porque es maravilloso  lo que has hecho.
 ¡De ello estoy bien convencido!
No te fue oculto el desarrollo de mi cuerpo  mientras yo era formado en lo secreto, mientras era formado  en lo más profundo de la tierra.
Tus ojos vieron mi cuerpo  en formación;  todo eso estaba escrito en tu libro.
 Habías señalado los días de mi vida  cuando aún no existía ninguno de ellos."
Para descubrir el motivo de tu existencia seguramente tienes que preguntarte: ¿Qué me apasiona y me hace feliz? Pero esta pregunta tiene que estar relacionada con el servicio a los demás, es decir la pregunta correcta  sería. ¿Haciendo qué cosa que ayude a los demás siento mucha pasión?
Pregúntate, y toma un tiempo razonable para responder. Seguro encontrarás el motivo de tu existencia en la Tierra. Y vas a poder trabajar para eso, para ser feliz tú mismo.

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¿Por qué no soy feliz?

Muchos de nosotros hemos pasado muchos sufrimientos y pérdidas, hemos tenido grandes dolores en el cuerpo, en el alma y ha traspasado a lo profundo de nuestro corazón. Cuando este sufrimiento ha sido muy constante y profundo nos sentimos afectados emocionalmente y esto hace que nuestro dolor sea una queja constante. Nos dedicamos a contar nuestras penas a todos nuestros allegados cogemos como paño de lágrimas a nuestros amigos más queridos. Pero esta actitud sin que nosotros seamos conscientes nos ha hecho  y nos hace mucho más daño que aquellas desdichas que hemos pasado. Sin saberlo estamos añadiendo más dolor a nuestra vida, esta actitud nos hace más sensibles, más sentimentales, nos arrastra hacia un vicio de queja y melancolía. Y si la actitud la repetimos por mucho tiempo, se hará crónica en nuestro diario vivir de lo cual es muy difícil salir.
Una conocida señora, tenía un esposo muy bueno por lo que ella le amaba con locura. En realidad hay gente con ese talante de paciencia y calidad humana, son pocos, pero sí los hay. De pronto este señor enfermó con una enfermedad degenerativa que le duró cinco largos años y falleció. Un hombre que no tenía ningún vicio, amante del deporte, como repito bueno, mejor que muchos de nosotros.
Esta lamentable pérdida hirió con un resentimiento muy grande a nuestra amiga, quien siempre repetía la misma canción. ¿Por qué Dios se ha llevado lo que más quería en esta vida? ¿Por qué me pasa esto a mí?  ¿Por qué tengo tan mala suerte? Y su angustia y desesperación se volvían cada vez más preocupantes.
 Según su médico le aconsejaba que cambiase de actitud, que volviera a reír, que se distrajera, que saliera a alguna reunión social y que a lo mejor encontraría una pareja para ella que le haga olvidar lo pasado. Solo de ponerse en el lugar  de la víctima nos llena el cuerpo de pavor y desesperación. ¿Se puede pedir a alguien así que sonría? ¿Qué olvide su pasado con facilidad? Hay algunos que no podemos hacer eso ni estando en mejores condiciones.
Una cosa debemos aprender. Hay un Dios en los cielos que gobierna todo el Universo y que todas las cosas pasan bajo su conocimiento. Nosotros debemos ocuparnos unos momentos de nuestra vida en investigar cuál es su voluntad para nosotros en la Tierra. Cómo podemos vivir una vida agradable a Él.  Cuando aprendamos algo de lo que Dios quiere de nosotros, aprenderemos que no debemos poner nuestros ojos y nuestra confianza absoluta en ningún ser humano por más venerable que éste sea. Nadie ni nada  debe ocupar el lugar de Dios en nuestro corazón. Todo, todo, aquello en que nosotros pongamos nuestra esperanza es perecedero. Nada hemos traído a este mundo y nada vamos a poder sacarlo de aquí. Todas estas cosas de las que hoy disfrutamos no deben constituir nuestra fortaleza. Estos pasajes de la escritura deberían estar siempre en nuestro corazón y en nuestra mente para acordarnos.
El Señor dice:
 "Maldito aquel que aparta de mí su corazón,  que pone su confianza en los hombres  y en ellos busca apoyo.
Será como la zarza del desierto,  que nunca recibe cuidados: que crece entre las piedras,  en tierras de sal, donde nadie vive.
"Pero bendito el hombre que confía en mí, que pone en mí su esperanza.
Será como un árbol plantado  a la orilla de un río, que extiende sus raíces hacia la corriente  y no teme cuando llegan los calores,  pues su follaje está siempre frondoso.
 En tiempo de sequía no se inquieta,  y nunca deja de dar fruto.
"Nada hay tan engañoso y perverso  como el corazón humano.
 ¿Quién es capaz de comprenderlo?
Yo, el Señor, que investigo el corazón  y conozco a fondo los sentimientos;  que doy a cada cual lo que se merece, de acuerdo con sus acciones."
Jeremías 17:5-10 versión popular

El perdón y la misericordia

Hay algo que tiene de particular la biblia con respecto a otros libros considerados sagrados para otras religiones. Esto es el perdón y la misericordia de parte de Dios. Según la palabra de Dios, los seres humanos hemos cometido muchos errores, cosa que es muy evidente. De hecho hay quienes dicen que uno de los derechos humanos es el derecho a equivocarnos. Estos errores han hecho una separación entre nosotros y Dios porque aunque Dios ama al pecador no ama el pecado.
Viendo que el ser humano no podía cambiar por sí mismo y no podía o no quería acercarse a Dios, Él se acercó a nosotros y nos vio en nuestros errores, nos vio que no podíamos salir del problema en que nos habíamos metido. Entonces optó por acercarse y tener misericordia. 
Impresiona mucho unos pasajes que nos ha recordado una sierva de Dios en unos mensajes recientes. El primero está en Ezequiel 16 y el segundo en Oseas 2. Si pueden leerlos que bien les va a hacer. Hace una alegoría de un matrimonio la relación de Dios con su pueblo. En el primer pasaje nos dice que la novia era inmunda y no era de un buen linaje, pero que Dios pasó por allí y la vio y la limpió, la adornó con vestidos lujosos, la alimentó  con aceite y vino, la adornó con joyas y se formalizó el matrimonio. Pero ella se prostituyó, se hizo adúltera y se fue con muchos amantes. En el segundo pasaje nos muestra como Dios a pesar de haberle traicionado su pueblo, en medio de su castigo en el desierto lo va a buscar y lo vuelve a enamorar y lo quiere perdonar y lo hace olvidar de su pecado. Esto hay que entenderlo en la misma alegoría que hacen dichos pasajes. Es decir en el matrimonio.
¿Seríamos capaces de ir a buscar a nuestra pareja cuando nos ha traicionado y volverla a enamorar y amarla y perdonarla y olvidar su infamia? Algunos a lo mejor a su pareja sí. ¿Pero seríamos capaces de buscar a quienes nos ha ofendido, que no es nuestra pareja y sentir compasión y misericordia y perdonar sus ofensas? Muchos casos de estos suceden en los matrimonios y terminan en asesinatos. Algunos hombres aún teniendo ellos la culpa de una separación, no son capaces de aceptarlo y matan a sus parejas. Esta es la gran diferencia entre las religiones y la enseñanza que nos trajo Jesucristo. Que aunque nosotros hemos estado lejos de Dios, practicando  pecados, desobedeciendo a Dios. Dios se manifiesta  a través de Jesucristo y nos viene a buscar, nos quiere limpiar de nuestras inmundicias y nos quiere perdonar, nos quiere hacer olvidar nuestros errores y transgresiones, porque Él ya lo ha olvidado. Solo necesitamos decir sí a su perdón, sí a su redención, sí a su amor. Cuando uno primeramente recibe ese perdón de parte de Dios, está más capacitado para perdonar a los demás. Ya no se queda solo en el lado del receptor de perdón y misericordia, sino que también siente que debe ser misericordioso y perdonador.
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores. Cristo murió por nosotros. Ro. 5:8

La decisión de ser feliz


La decisión de ser feliz
Hay aspectos de nuestra vida que a veces no comprendemos. No comprendemos porque no nos han enseñado a comprenderlos, o no nos hemos puesto a analizarlos. Damos gracias a aquellos hombres que con su observación y análisis nos han traído una luz sobre muchos temas. Uno de los temas que aquí tratamos es la del estado de nuestra situación de vida con respecto a nuestra realidad.   Dicho de otra manera. Entendemos que con toda la tecnología desarrollada y las cosas asombrosas que tenemos los hombres y mujeres de hoy, nuestra generación es más deprimida que muchas generaciones donde no había tal adelanto tecnológico. O dicho más crudamente: Nuestra generación no es feliz. La observación y el análisis que nos ha llegado por medio de los expertos en el tema ayuda un poco para sobreponernos al estado de preocupación en que la mayor parte del tiempo nos quiere someter una fuerza invisible. Estuve leyendo un artículo de unos sicólogos que nos dicen que para dejar de tener infelicidad, tenemos que  tomar una decisión. Y decía que se debe decidir ser feliz con resignación y coraje. Mucho me temo que algunos terminarán reconociendo que eso solo es un esfuerzo efímero cargado de mucha voluntad. Algunos a lo mejor logran mejorar su estado por un poco de tiempo, pero con el paso del tiempo esto que está basado solo en nuestro propio esfuerzo termina derrumbandose. En nuestro humilde concepto y por el testimonio de millones de personas que han acudido a Dios en busca de ayuda,  por propia experiencia de quien escribe este artículo. Podemos afirmar que solamente la esperanza en un Ser superior a nuestra sfuerzas, la confianza y el apoyo en ese Ser llamado Dios puede traernos una felicidad duradera y sostenible en el tiempo. Por eso necesitamos tomar una decición profunda, seria e inamovible. Necesitamos decirle al Ser Superior que decidimos ser sus súbditos, que decidimos rendirnos a sus pies. Que ya no queremos vivir guiados por nuestros propios caminos, porque hemos fracasado en el intento de querer vivir apartados de Él.  Necesitamos reconocer que sin Él no somos nada y nada de este mundo pasajero es satisfactorio con permanencia en el tiempo. Que por algo dijo el maestro de los maestros, Jesús: Separados de mi, nada podéis hacer. Solo necesitamos humildad para no creernos que somos autosuficientes. Si lo hacemos no seremos defraudados.
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"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y Yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga "
(Mateo 11: 28-30

El éxito hace feliz

Todo ser humano cuerdo quiere ser feliz y tener éxito. La diferencia está en que un número muy reducido de personas en el mundo consigue estos objetivos. Cuando somos niños tenemos grandes proyectos e ilusiones para cuando seamos mayores. Es muy típica la pregunta de los adultos: ¿Qué vas a ser cuando seas mayor?  Las respuestas son muchas según la imaginación de cada uno. Pero como no nos hemos programado con seriedad esos objetivos, conforme pasan los años nos olvidamos de apuntar nuestras acciones hacia los objetivos que posiblemente los hemos olvidado o se nos han confundido entre tantas ideas que nos vienen a la mente.

A unos mil quinientos  estudiantes de la Universidad de Harvard se les hizo un seguimiento después de una  encuesta sobre lo que querían para su vida, los del grupo A  dijeron que querían primero ganar dinero y cuando lo tengan se dedicarían a disfrutar de la vida. Dicho de otra manera: Por ahora lo que me preocupa es ganar dinero y luego cuando lo tenga voy a hacer lo que realmente me gusta. Estos fueron el 83%.  Los del grupo B  pusieron por escrito su propósito y   su principal objetivo era hacer lo que les gusta y disfrutar de la vida, pensaban que el dinero acabaría llegando, si ellos se centraban en hacer lo que realmente les gusta. Este  segundo grupo constituía el 17%.  Al cabo de veinte años habían ciento un millonarios entre todos los estudiantes que se les hizo el seguimiento, de los cuales cien pertenecían al grupo B, o sea aquellos que pusieron por escrito, se enfocaron en sus propios intereses sin querer primero el dinero.  Y solo uno pertenecía al grupo A, aquellos que querían el dinero primero para luego ser feliz. El grupo B no solo correspondía al grupo de millonarios sino que se sentía más realizado, más contento, más satisfecho de la vida, por tanto más feliz.    Tampoco quiero decir con esto que solo el que es millonario es feliz, pero si trazamos un mapa de nuestro destino con objetivos claros y lo dividimos en etapas y no nos desviamos de ello seguro que vamos a tener éxito.

Creo que nunca es tarde para reprogramar nuestros objetivos. He aquí unos principios que nos pueden ayudar:

a)       Conocerse a sí mismo.- Necesitamos hacer un auto examen profundo y sincero. ¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿Cuáles son nuestras  flaquezas? Y ¿Cuáles son nuestras fortalezas? Solo conociendo bien estas cualidades podemos trazarnos un camino a seguir y si nos desviamos volveremos con facilidad a éste.

b)      ¿Qué nos gusta? Qué nos apasiona?  ¿Para qué somos buenos, o en qué destacamos? No nos centremos mucho en lo que da dinero de inmediato sino cómo podemos ayudar a los demás con nuestras habilidades.

c)       Centrémonos más en aprender lo que nos apasiona, y practicar lo aprendido, así no olvidaremos con facilidad nuestro objetivo.

d)      Buscar la simplicidad.-  Hay ocasiones que nos complicamos la vida nosotros mismos, queremos ser originales, reinventar lo inventado, etc. A veces es preferible copiar al que lo está haciendo bien, siempre que nos guste y esté dentro de lo planeado, que fracasar con algo original.

e)      No dejes que te roben tus sueños.-  Los muchos “consejos” nos pueden hacer desviar de nuestro camino, Son buenos pero si nuestro sueño es sólido y creemos en él, vamos a luchar hasta el final.

Si no hay lucha no hay victoria, el éxito no es una casualidad, es el resultado de una grande batalla.

Aunque fracase no me rendiré, no construiré una casa donde fracasé, me levantaré y reconstruiré a partir de las ruinas con el objeto de ser feliz, las grandes cosas del mundo no fueron hechas  por cobardes.